Valentín Paniagua: "Me han querido caricaturizar"

La periodista Cecilia Valenzuela entrevistó en el 2005 al fallecido expresidente transitorio Valentín Paniagua para -en ese entonces- su portal de noticias Agenciaperú.

Hace cinco años usted de convirtió en el presidente del Gobierno de Transición. Fujimori cayó porque se evidenció la corrupción de su gobierno. Se escapó, renunció por fax. Pero han pasado 5 años y de pronto Fujimori asegura su regreso, y hay un ambiente que parece propicio para él. ¿Cuánta responsabilidad siente usted que comparte con este gobierno?

En lo que al Gobierno de Transición concierne, ninguna. Porque nosotros empeñamos hasta el último esfuerzo a nuestro alcance para iniciar, como lo hicimos en el Perú, una gran campaña anticorrupción. Para decirlo en otros términos: emprender un esfuerzo de saneamiento moral absolutamente indispensable, y claro que cumplimos una tarea importante. Nosotros no sólo fortalecimos el sistema de persecución del delito a través la suscripción de un contrato con un procurador que se encargó de esclarecer los hechos vinculados a la corrupción fujimorista, sino que propusimos al Congreso la dación de una serie de normas legales, entre ellas las normas relativas a la colaboración eficaz, he incrementamos el presupuesto del Ministerio Público con el fin de que pudiera cumplir sus tareas de manera oportuna y apropiada…

Creo que cualquier peruano memorioso puede dar fe de lo que usted está diciendo. Pero durante todo este gobierno de Toledo, usted, que hubiera sido la imagen, el personaje autorizado para levantar la voz mientras el gobierno de Toledo compartía con el de Fujimori estos “tips de la rapiña”. Mientras todo esto ocurría, ¿por qué usted no ha puesto el grito en el cielo?

No, mire usted, yo me he esforzado precisamente por llamar la atención en este punto. He repetido, particularmente en los últimos dos años, la necesidad de reestablecer el Sistema Nacional Anticorrupción. Hablé constantemente, y monseñor Irizar lo recordó a propósito de un paseo de muñecos que se hizo hace poco frente a Palacio de Justicia, por lo esfuerzos que yo personalmente había hecho para recordarle al país la necesidad de no bajar la guardia en la lucha anticorrupción. Coincidentemente creo que, desde ese punto de vista, si algún reproche hay es en cuanto al acento o la insistencia, pero no a la ausencia. He estado presente…

… con un perfil muy bajo, señor Paniagua.

No lo creo. En ese punto no. Tal vez en otros aspectos.

¿Y por qué cree que le han apodado “El Muertito”?

Porque han querido crear un estereotipo que pudiera quitar mi primer lugar en la preferencia de las encuestas durante largo tiempo, y de motejar y caricaturizar mi absoluta renuencia en “dimes y diretes” de política puramente anecdótica y circunstancial. Yo creo que la política es un ejercicio que tiene por objeto crear y contribuir a la creación de mejores condiciones que sean capaces de resolver los problemas de un país, pero no servir como un instrumento estéril de confrontación.

Pero hay momentos en que la confrontación es sumamente necesaria. Usted no que este es un momento fundamental ahora que Fujimori pretende burlarse de todos nosotros, hacer como que nada hubiera pasado, desconocer a su “mano derecha” y regresar. ¿No es un momento este para la confrontación?

Para eso está el esfuerzo que debemos hacer las fuerzas genuinamente democráticas para concordar empeños a fin de crear un sistema que ponga a la sociedad peruana a cubierto de este tipo, de movimientos y de fenómenos políticos que resultan recurrentes en nuestra historia. No hay que olvidar que este no es el primer caso. Odria también retornó, más o menos con los mismos cupos, después de haber sido un dictador y de haber sido acusado de grandes responsabilidades de carácter ético en el manejo del gobierno.
Entonces, creo que lo importante es diseñar políticas que sean capaces de motivar al pueblo. Yo quiero hacerle aquí un recuerdo: desde hace dos años vengo predicando, aunque en el desierto sin ninguna duda, las tesis de que era indispensable que el gobierno, en eso que llamó su “hoja de ruta” para la transición al nuevo gobierno, que era la política de salida, propusiera al país un conjunto de acciones concretas que sirvieran a ese tránsito. La primera política que nosotros propusimos fue el relanzamiento de la iniciativa nacional anticorrupción.

Ayer, Juan Carlos Tafur, editor de La Primera, le hizo una sugerencia importante. Le ha dicho lo siguiente: “Valentín Paniagua podría encontrar en ese papel, el del gran enemigo fujimorista, el vehículo que lo ayude a salir del marasmo descendente en el que se encuentra. Él no tiene nada que perder, porque bajo ninguna eventualidad, venga o no venga Fujimori, Acción Popular no recibe ningún endose de las huestes de Sí Cumple. Es Paniagua el que más ganaría recogiendo el sentimiento de buena parte de la población, que entiende que sería una desgracia para el país que Fujimori postule con legulelladas o extorsión”.

Bueno yo agradezco mucho ese comentario, pero creo que he mantenido una posición absolutamente invariable en ese tema, Cecilia. Las veces que se me ha preguntado sobre cuál era mi opinión acerca de la posibilidad de que legalmente pudiera candidatear Fujimori, yo he sostenido invariablemente la misma tesis: está absolutamente inhabilitado de conformidad a la Constitución del Perú. Constitución que se dictó bajo su inspiración. Norma que incluso él aplicó a los ex magistrados del Tribunal Constitucional, desde luego pisoteando principios de carácter ético. Ese es el principio que hay que sostener ahora: él no puede postular a la presidencia de la República. Esta es una decisión política dictada por un órgano legítimo, que es el Congreso de la República. Esta es la situación que creo no debe olvidarse ni pasarse por alto.

Y la defenderá con energía.

Lo hago y lo he hecho. Lo haré permanentemente.

Con más energía todavía….

…. Sí usted lo quiere, con toda la que sea necesaria con tal de que el principio prevalezca, eso es lo importante.

Ha habido en estos años más de lo mismo. Por ejemplo, el ciudadano siente que hay una corrupción enorme en el Poder Judicial. En el momento de la Transición, en el momento en que se debió intervenir no políticamente sino por razones éticas, por razones morales, porque Montesinos había manoseado, había capturado ese Poder Judicial, no se hizo. Ahora tenemos, por ejemplo, una sala de la Corte Superior que absuelve a Fujimori. ¿Por qué no se intervino? ¿Por qué no se fue más radical en este tema?

Por varias razones. La primera es que el gobierno nuestro era un gobierno de transición que tenía un tiempo sumamente limitado, ocho meses. En ocho meses es muy difícil cambiar la fisonomía histórica de un país. Además debíamos cumplir un encargo expreso de la Constitución, que era presidir un proceso electoral en las mejores condiciones posibles. Adicionalmente, casi como un plus, nosotros cumplimos otras tareas que fueron importantes y que se han recordado y premiado por la opinión pública del país.

Usted tenía 70% de aprobación en ese momento.

…Pero debo decir, todos los dictadores que ha pretendido reformar el Poder Judicial empezaron por destituir a la Corte Suprema, y por designar su propia Corte Suprema. Ese ejemplo ha resultado nefasto para la conformación…

… Pero esa era una intervención política, Presidente.

Sí, pero desgraciadamente, cuando alguien se aparta de la Constitución y de la ley, comienza el imperio de la arbitrariedad. Nosotros llegamos para enmendar una tradición de atropello sistemático a la Constitución. Lo único que no podíamos hacer era apartarnos de las normas de ella. La reforma del Poder Judicial sólo será eficaz si se cumple y se realiza respetando las normas legales.