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Miércoles 29 de febrero 2012

Nadine Heredia, madre e hija

Primera dama se destapa.
Nadine Heredia, madre e hija
Foto: larevista.aqpsoluciones.com

Codo a codo con Ollanta Humala, Nadine Heredia tuvo una intensa actividad en la campaña electoral. Pero hizo un espacio para hablar con la prensa sobre su entrañable y unida familia y otros temas.

-¿Cómo es el hogar de los Humala–Heredia? ¿Hay mucho movimiento o es más bien tranquilo?

-Illary y Nayra se encargan de que siempre exista movimiento, mucha vida en las casa. Con Ollanta siempre nos hemos preocupado de mantener y respetar los espacios donde podamos compartir con nuestras hijas. Claro que ahora hay mucho más movimiento que antes. Samin ha generado una gran atención no sólo de Ollanta y mía, sino también de Illary y Nayra que se emocionaron con su nuevo hermanito con el que siempre quieren estar. Agrégale a ello la coyuntura de la campaña y el dinamismo de la casa aumenta. Incluso ellas mismas expresan ideas al ver a su papá en la televisión, comentan su trabajo y lo han llegado a entender tanto que se han integrado muy bien a este estilo y ritmo de vida que tenemos. 

-¿Cómo son Illary y Nayra? ¿A quién se parecen más?
-Illary es la mayor. Tiene ocho años y quiere ser cantante. Nayra, por su parte, tiene cinco años y aún no se decide pero tiende a las letras. Ambas son bastante extrovertidas, pero también saben que hay deberes que todos debemos cumplir. Son muy aplicadas en sus tareas. 

-¿Las engríes mucho? 
-Bueno, eso es inevitable. Creo que no existe madre que no engría a sus hijos. Siempre he pensado que ya están creciendo y dentro de unos años me van a chotear para irse con sus amigas, pero así es la vida y todos hemos pasado por eso. Yo las engrío muchas veces, pero también soy estricta en lo que hay que serlo. Hay cosas que ellas saben que pueden conversar conmigo, pero saben que con respecto al estudio y las obligaciones hay que ponerle muchas ganas. Nosotros siempre les decimos a las niñas que los estudios serán su mejor herencia y que agradezcan a Dios el poder tener una Educación de calidad que muchos niños en el Perú no tienen. Felizmente hasta ahora han sabido responder a esa exigencia y son muy buenas estudiantes.

-¿Cómo has tomado la llegada de Samin? ¿Ha determinado cierto cambio de planes en la campaña? 
-Cuando nos enteramos de la grata noticia, planificamos las cosas de cierta forma para poder continuar con la campaña, en caso pasáramos a la segunda vuelta. Yo estoy acostumbrada a acompañar a Ollanta a todas sus actividades y esa tarea es ardua. Ya con el embarazo tuve que dedicarme a los cuidados de mi bebé, pero luego de su nacimiento pude manejar de cierta forma esa tarea. Mi madre fue un pilar importantísimo al respecto. 

-¿A quién se parece más Samin?
-Creo que a los dos. Es un bebé realmente encantador, y como su nombre lo dice, ha traído mucha paz y tranquilidad en estos momentos de arduo trabajo. 

-Por cierto, ¿cómo es la relación con tu madre y tus hermanos? 
-Yo admiro mucho a mi madre que también es mi amiga. Con ella tengo una relación muy cercana, conversamos mucho y ella sigue al detalle mis actividades, siempre está pendiente, incluso después de la lamentable pérdida de mi padre. Ella y mi padre siempre me han apoyado en todo, al igual que mis hermanos. Nunca hubo problemas en casa, siempre hemos sido muy unidos. Mis padres siempre nos han dado confianza y libertad de elegir, pero siempre bajo normas y valores. Nos enseñaron con el ejemplo del tesón, el esfuerzo por lograr los objetivos. Creo realmente que gracias a ellos y a mis hermanos tengo lo que tengo: una gran familia a la que les transmito los mismos valores, y un gran proyecto por lograr construir un mejor país, con menos desigualdades. Inclusive, fue por mi padre que conocí a Ollanta, el hombre del que me enamoré, con el que años después me casé y con el que emprendí este proyecto. 

-¿Cómo maneja Nadine Heredia su rol en el hogar, como madre, como esposa y como parte del proyecto político que representa?
-Mi modelo está representado por todas aquellas mujeres que, además de cuidar a su familia, administran el hogar y tienen la necesidad de trabajar fuera de casa. Esas mujeres y madres delPerú han aprendido a organizarse y luchar con mucho tesón y dedicación por sus familias. De la misma manera, yo he aprendido a organizarme en función de todas las responsabilidades que tengo y los objetivos fijados. Inclusive ahora mucho más porque tenemos un nuevo integrante que es Samin, que, como su nombre lo dice, nos ha traído mucha paz y felicidad en la casa. Illary y Nayra se han adaptado muy bien a la idea de que su padre está trabajando para lograr un futuro mejor para nuestro país. A ellas les inculco el valor del trabajo y del sacrificio para cumplir sus metas. Con Ollanta tenemos una familia guiada por el amor y una visión de futuro para nuestro país y nuestros hijos.

-¿Cómo te ha cambiado la vida ahora en segunda vuelta? ¿Cuál es tu rutina diaria en los últimos días?
-Empezamos muy temprano. A veces Ollanta debe adelantarse para yo encargarme de llevar a las niñas al colegio. Siempre desayuno con ellas y luego me voy “a mis reuniones”, como les dicen ellas. Luego lo alcanzo, cumplimos la agenda del día con las diversas actividades que lleva consigo esta campaña. Ya por la tarde voy por las nenas al colegio y las traigo de vuelta a casa. Almuerzo con ellas la mayoría de veces y luego le doy el alcance a Ollanta nuevamente. Samin aún está muy chiquito y hasta ahora me vengo manejando de tal manera que pueda cumplir con mis roles maternos. Definitivamente, en este aspecto, mi madre nos apoya muchísimo, transmitiéndonos su experiencia en la gran tarea que es la adecuada crianza de los hijos. Como verás, nuestra familia es bastante unida y nos apoyamos todos mutuamente, pues la rutina es bastante recargada y se requiere de un gran esfuerzo físico y mental que venimos asumiendo con mucha confianza. 

-Ahora de seguro que no cuentan con muchos ratos libres, pero cuando los tienen, ¿qué actividades en familia les gusta hacer en sus ratos libres? ¿Y actividades particulares? ¿Lectura? ¿Cine? ¿Música? ¿Cocina? ¿Deportes?
-Ollanta por su desarrollo profesional siempre ha equilibrado la lectura y el estudio con el ejercicio físico. Ambos somos buenos lectores, e inculcamos eso a nuestras hijas. Pero también nos gusta vivir la realidad de manera tangible, no a través de los libros. Por eso nosotros viajamos mucho para poder conocer la realidad en su verdadera dimensión. Y hacemos que nuestras hijas también vivan esa experiencia, pues son esas experiencias las que ayudan a construir un pensamiento mucho más crítico y concreto. Una cosa es leer sobre algo y otra es vivirlo. Nos gusta mucho el cine y la comida peruana que creo es la mejor del mundo. También escuchamos mucha Música, inclusive una de mis hijas quiere ser cantante. Y como buenos herederos de las tradiciones andinas, escuchamos mucho los huaynos ayacuchanos, ya que mi padre era del Paúcar del Sara Sara en Ayacucho. Sabrás que el mundo andino funciona muy de la mano con el folclor y los ritmos que transmiten el estado de ánimo de la gente. También escucho mucha Música latinoamericana, nueva trova, pero por allí también algo de Música disco.

-¿Cómo toma Nadine Heredia la posibilidad de ser primera dama de la Nación? 
-Para mí es un cargo honorífico que le debe brindar apoyo en todo sentido al Presidente de la República. Primero equilibrando la gran carga de trabajo de un mandatario con la unión y la responsabilidad que requiere la familia. Segundo, brindando un aporte complementario a la labor oficial que realiza el jefe de Estado en todos los ámbitos, sobre todo sociales. LA PRIMERA dama debe estar comprometida con el proyecto que dirige su esposo. Ese es el papel que debe cumplir y no convertir el cargo en un puesto que incremente los gastos del gobierno. Recordemos que este cargo no conlleva responsabilidades oficiales, ni ningún tipo de remuneración y eso me parece correcto porque no es un cargo elegido por el voto popular. Al que se elige es al Presidente de la República. Anteriormente existía un despacho de primera dama con presupuesto y personal a cargo, pero éste fue desactivado por los gastos que ocasionaba al Estado, pero sobre todo por los constantes cuestionamientos a la utilización de los recursos asignados en gestiones anteriores. Trabajar con recursos públicos no siendo elegida por el pueblo, me parece antiético.

Si me tocara ocupar el cargo de primera dama, yo ya he dicho que seré una servidora de la familia peruana, y trabajaré para que tengamos un mejor país para los niños, las mujeres y los ancianos. Ellos serán mi prioridad. Me enfocaré en esas mujeres que son padre y madre para sus hijos. Hay que darles facilidades porque en su gran mayoría son madres trabajadoras que tienen obligatoriamente que ganar el pan y cubrir las necesidades del hogar. Definitivamente gestionaré el programa Cuna Más, para que brinde una atención integral a los bebés, con pañales y lechegratuitos, además de profesionales especializados en salud y estimulación temprana, en procura que la mamá trabaje tranquila, porque sabe que sus hijos están bien cuidados. También me enfocaré en los programas educativos, pues sabemos que en esa edad se forma el adulto del mañana, con la plenitud de sus capacidades; y en los programas dirigidos a las personas de la tercera edad. 

-¿Cómo fue Nadine de niña y adolescente?
-En el colegio siempre he sido una alumna aplicada, pero bastante inquieta también. Estudié en el María de las Mercedes, donde hice muchas amigas y amigos, y poco a poco fui desarrollando cierta visión crítica de las cosas, por eso opté por estudiar una carrera social. Ya estando en la universidad, pude encontrar mayores respuestas a mis inquietudes. 

-¿Cómo se enamoraron tú y Ollanta? ¿Cuántos años de noviazgo?
-Nos conocimos gracias a mi padre (…) Cuando nos casamos, yo había ingresado a la Maestría de Sociología en la Universidad Católica, además trabajaba en proyectos de desarrollo e investigación. Pese a que se tiene el estereotipo de que el militar es machista, Ollanta siempre me ayudó en mi desarrollo profesional y académico y hubo sacrificios que hacer. Por ejemplo, cuando él estaba sirviendo en Huancayo, yo trabajaba en Lima, cargaba con mis libros de la maestría y el viernes por la mañana salía hacia Huancayo y pasaba el fin de semana con él. Cuando él estaba en Locumba, yo iba una semana sí y otra no. Él muchas veces también viajaba a Lima desde donde estuviera para poder verme. A veces me sorprendía, llegando de improviso para darme una sorpresa. Eso sí, nos comunicábamos todos los días. Todavía, por supuesto, no teníamos a las niñas. 

Lo que me gustó de él fue primero su sonrisa y luego, ya en la conversación, ver que no era un militar estereotipado, duro, insensible y que no veía más allá de su cuartel. Digamos que era una de esas pocas excepciones. Ya tenemos trece años de casados y 20 de conocernos. Y todos esos años juntos y la familia que tenemos me confirman que hasta ahora hemos ido por buen camino. 

-¿Cómo es Ollanta fuera de cámaras, ya en la intimidad del hogar?
-Es solidario, con mucha sensibilidad social, muy buena persona, un gran padre. Muchas veces también engríe a las nenas, pero de la misma forma les exige en sus obligaciones. Como esposo es un caballero, muy cariñoso y atento. Es de los que se preocupan porque estés bien, que te abren la puerta del carro para que tú subas primero o te sorprende con una flor al llegar a casa. Digamos que ahora estamos enfocados en la campaña, pero aún así se toma a veces un momento para recordarme por qué me enamoré de él. Más información ya me la quedo yo. 

-¿A qué mujer admiras? ¿A qué hombre?
-Admiro a mi madre y a todas esas mujeres que ante la adversidad sacan adelante a sus familias. Esas que además de dedicarse a su hogar, deben trabajar fuera de casa. Esas que con mucho tesón y esfuerzo nos demuestran que en la vida es posible lograr muchas cosas con muy poco. Creo que es por esta admiración por la que es mi obligación luchar por ellas, ayudarlas a que su labor sea mucho menos dura. Con respecto a los hombres, admiro a Ollanta, mi esposo, el padre de mis hijos y mi compañero de toda la vida; admiro a mi padre que me enseñó con valores a respetar a los demás, y quien lamentablemente ya no está entre nosotros; y a todos esos hombres luchadores del Perú, que respetan y quieren a su mujer y a sus hijos, y que se esfuerzan por sacar adelante a sus familias. 

-¿A qué primera dama o Jefe de Estado mujer admiras?
-A Indira Ghandi. Su vida es una lección, sobre todo por las circunstancias en contra que tenía al ser gobernante en una sociedad muy patriarcal. Ella apostó por la industrialización de su país, que en ese entonces pertenecía al Tercer Mundo, y hoy gracias a esa visión, que compartimos Ollanta y yo, la India ha cambiado. También admiro a Dilma Rouseff, la nueva Presidenta de Brasil. Ella es un ejemplo de constancia, de sacrificio y servicio. Ahora, de la mano de Lula, continuará el rumbo que ha hecho de Brasil una potencia mundial.

-¿Con quién se queda: Eliane Karp, Susana Higuchi o Pilar Nores?
-Las tres son señoras muy respetables, inteligentes, cada una de ellas tiene sus virtudes y, por supuesto también sus defectos. Creo que a Susana Higuchi le tocó lo peor, fue ultrajada y humillada públicamente por su esposo Alberto Fujimori y su hija Keiko la abandonó. Pero si se trata de elegir, me quedo con la mujer de pueblo que también es inteligente, y realiza tres y hasta cuatro labores a la vez, es madre, esposa, ama de casa y dirigente de su organización social.

-¿Qué cosas buenas ve que se deben continuar en el país y qué otras deben cambiar?
-Definitivamente el crecimiento económico debe continuar. Pero debemos trabajar mucho más en el tema de las brechas sociales que siguen siendo muy grandes. Es bueno ver que hay crecimiento económico, pero sería mucho mejor si los sectores más alejados de este crecimiento puedan por lo menos tener más oportunidades como para ser parte de él, que el pueblo sienta en sus bolsillos ese crecimiento, que no haya niños, ni mujeres, ni hombres mendigando. Algo que buscaría desde el primer día sería erradicar la pobreza, tanto la material como la de espíritu. Creo que la sociedad está perdiendo los valores que nos hacen más humanos, sobre todo los del respeto por el otro. Hay muchas personas con todo a su disposición que no piensan en el prójimo, en los demás, sino más bien en su bienestar personal o particular. Una sociedad en donde las personas no respeten y valoren a los otros, una sociedad desunida, está condenada al fracaso. Mejor sería pensar en la mayoría de peruanas y peruanos que en el beneficio de unos pocos. ¿No le parece?

-¿Qué mensaje le da a la mujer peruana trabajadora?
-Quiero decirle que estamos con ella, que no pierda la esperanza, que hay un futuro mejor para su familia, para sus hijos, que es posible generar riqueza y desarrollo con igualdad, y que trabajaremos en derrotar la corrupción que hoy nos envuelve. Ollanta tiene un mensaje claro: la honestidad hace la diferencia (Con información de La Primera). 

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