Iván Thays habla sobre nueva obra "El orden de las cosas"

Iván Thays acaba de publicar El orden de las cosas (Alfaguara, 2011), una novela que, pese a editarse bajo el sello juvenil de Santillana “Serie roja”, trasciende las edades al proponer, a través de la metáfora del fútbol, una profunda reflexión sobre la vida.

–¿Cómo surge la idea de la novela?

La idea parte por el deseo de escribir sobre fútbol. Tenía ganas de escribir las historias de unos jóvenes que juegan fútbol y describir los partidos. Pero obviamente esto no es una novela.  Surge entonces el personaje de la chica, el primer amor del chico. Y el hecho de que éste llegue de Lima a provincia. Y luego surge la necesidad de que el libro no sea sólo sobre aventuras y sobre el primer amor, sino que tenga algo más que decir.

–La novela toca el tema de la homosexualidad. Un tema no común en las novelas juveniles y, además, lo abordas lejos del estereotipo común.

Exacto. A mí me parece que el tema gay en general en América Latina ha sido tomado con muchos estereotipos. Y a sea a favor o en contra, pero siempre con una toma de posición. O está la caricatura o la heroicidad. En la novela lo que yo quise fue tratar concretamente el tema de un joven que tiene inclinaciones gay pero que no es ni la caricatura de la “loca”, digamos, ni tampoco el chico con traumas, con dolor y sufrimiento que termina mal. Al contrario, es un chico que logra si gran amor y vive una vida feliz. Muere temprano, digamos, pero mi idea era retratar a una persona que lleva una vida normal, pero fuera de lo que era el orden natural de las cosas.  

–El título de la novela tiene que ver con la manera de encarar la vida del personaje llamado Sebastián…

El problema de Sebastián es que pare él en la vida había un orden. Solo el orden conducía a la felicidad. En el fútbol esto es más notorio, como en la literatura: ordenar, hacer esquemas.  Pero en la vida, que es más compleja que la literatura y el fútbol, también uno tiene que seguir un orden. El problema con Sebastián es que había un orden que era el suyo y había un orden impuesto de afuera. Entonces, luchaba contra ese orden impuesto de afuera. En su juventud él no aceptaba el orden que le decía que “tú eres el hombre, te casas con una chica y tienes hijos”. Ese orden no lo aceptaba, pero decía: cuando sales del orden eres infeliz. Esos son tus traumas, pero al final de la novela vemos que ha superado el trauma.

–Una escena que me conmovió es aquella en la que Sebastián le cuenta su secreto al protagonista (su homosexualidad) y cómo la reacción de éste determina el destino de su amistad.

Son jóvenes. El chico es de Lima, pero no ha tenido muchas experiencias. Viene de una familia bastante destruida: el padre y la madre no se hablan. Y no tiene nadie que le explique qué cosa significa ser gay. Entonces es obvio que se espante. El problema está en que es joven y no tiene por qué tener miedo a que un amigo suyo sea gay, pero tampoco tiene un respaldo de alguien que le explique cosas sobre sexo y mucho menos sobre homosexualidad. Lo que ocurre es que luego hay una serie de sucesos que hacen que él no pueda asimilar la información con más tiempo, y se ve arrancado de raíz de su amigo. Y al final de su vida logra reconciliarse con él, pero cuando ya está muerto.

–Y de paso, se ve arrancado de su primer amor: Graciela.

Frente a Sebastián, el narrador es alguien que no vive en el orden de la vida. Vive su vida como le vienen las cosas. Sólo cuando está con Sebastián logra un orden. Su familia es caótica y deja que haga lo que quiera, pero con Sebastián encuentra un orden: ir a entrenar. Y luego con la chica, a quien quiere y respeta. Encuentra un orden. Pero cuando se separa de Sebastián su vida es un caos. Hasta que se reencuentra con Graciela. Y en la novela cabe la posibilidad de que ese reencuentro la vuelva ordenar.

–El fútbol es muy importante en la novela. Por ejemplo, el protagonista es un chico que llega a un pueblo y a un colegio nuevo, y el fútbol le permite una manera de integrarse…

Sí, eso me importaba mucho, que el fútbol sea un tema central en la novela. No es sólo contar el partido, sino que el fútbol es una buena prueba de cómo el orden puede llevarte al éxito. Entonces, ellos no sólo juegan bien, como por ejemplo Pichulira Cuellar, que se dice que juega bien. Yo coloco explícitamente por qué juegan bien: porque se ordenan, porque saben cómo sobreponerse, porque saben jugar en colectividad. Creo que eso se podría llevar al tema país. Si una persona logra, con las diferencias de cada uno, conectar con otro, hacer una estructura. Por eso el fútbol es tan importante en la novela. No sólo por el gusto, que es inevitable. Me encantó describir escenas de fútbol. Pero más allá de ese gusto, hay una especie de metáfora sobre lo que es el fútbol en relación con la vida (Con información de La Mula).