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Miércoles 07 de marzo 2012

Entrevista a Sonaly Tuesta del programa "Costumbres"

Reportera concede un tiempo para relatar los gajes del oficio.
Entrevista a Sonaly Tuesta del programa 'Costumbres'
Foto: noticiasnorte.com

La hija predilecta de Lamud, en la región Amazonas, es una viajera nata y una amante de las costumbres del Perú de todos los tiempos. En Viajeros, hace mucho que nos hemos declarado admiradores de su magisterio y de sus ansias de hacer de nuestro país una patria agradecida de su patrimonio cultural. Con ella hemos recorrido proyectos y más de una vez nos ha tocado coincidir en la ruta. Qué privilegio.

Por eso es que nos animamos a pedirle que sea nuestra primera convocada a esta surte de foro de amigos, a esta recién estrenada tribuna para querernos más. A partir de ahora en SOLO para VIAJEROS nos daremos un tiempito para conversar íntimamente con nuestros amigos en la carretera o en el bohío más alejado. Nos urge conocer sus historias, sus expectativas, sus sueños y proyectos para compartir.

Esta primera historia, la de Sonaly, ha sido posible gracias al ánimo de un grupo de nuestros lectores y al apoyo de la gente de iSur, la iniciativa socio-ambienmtal de Odebrecht en la carretera Interoceánica. A ustedes y a ellos, nuestro agradecimiento. A Sonaly, nuestro cariño y gratitud. Disfruten de esta entrevista entre todos…

¿Cómo era tu vida antes de Costumbres? ¿Es verdad que Lamud fue tu primera escuela de vida? 

Mi vida antes de Costumbres siempre fue una búsqueda. Desde pequeña tuve que aprender a adaptarme a distintas realidades, a paisajes diferentes, a gente diversa que de pronto aparecía en nuestro camino. Mi papá era profesor y  de tiempo en tiempo lo cambiaban de plaza y teníamos que empacar e irnos. Cuando ya comenzábamos a armar nuestro esquema de sobrevivencia, siempre era momento de partir. No teníamos casa propia, ni amigos de la infancia, tampoco referentes eternos que nos hagan volver. Sólo nos quedaban aromas del hogar que inventaba mi madre y las historias que nos contaba papá. Asumir Costumbres fue para mí un reencuentro con esos paraderos esporádicos, con cariños de extraños que se iban multiplicando. Estar tanto tiempo en este trajín se ha convertido en un aprendizaje continuo. Lamud fue de hecho mi primera escuela, el purtumute, la costumbre, mi abuela selva, el Señor de Gualamita se quedaron conmigo para siempre.

¿Qué te impulsó a hacer el proyecto del programa? 

Una necesidad creativa, un sueño. Quería contar historias, encontré éstas que hablaban del Perú, que hacían protagonistas a mucha gente, que develaban misterios, que nos unían. Costumbres fue al principio un suplemento turístico que nunca se concretó, luego se convirtió en programa de televisión por una sorpresiva propuesta, en la marcha se fue armando y tomando forma. Asumir la conducción y la dirección de este proyecto llegó a ser real cuando me di cuenta que el tema requería un espacio como la televisión para que se haga visible y los peruanos y peruanas empiecen a sentir que sus saberes son importantes.

 

De todos los lugares que has recorrido en Perú, ¿cuál es el que más te ha impresionado y por qué? 

Muchos en realidad, porque un lugar no es solamente el espacio físico, sino es su gente, su calidez, su sabiduría, su historia, su tradición. Así que mis recuerdos y cariños son diversos. En uno me impresionó la fe, en otro el legado prehispánico, en otro la danza, en otro la comida, en todos  el cariño inmenso de los pobladores que son capaces de crear magia donde uno ni se imagina.

¿En qué parte del Perú has probado el pan más sabroso?

Esta pregunta requiere ya escudriñar en los aromas y apegos personales. Los panes que yo recuerdo siempre y a los que vuelvo con verdadera fruición cada vez que es posible, son la semita, el murón y el mollete de Amazonas, específicamente de Chachapoyas. Son panes que no necesitan compañía, se baten solos y toda la vida ganan. Además, en mi caso, tienen un ingrediente fundamental, son la perfecta evocación de mi infancia, de mi familia, de mi papá, de mi mamá.

¿Dónde te sientes más a gusto: costa, sierra o selva? 

Casi siempre me siento a gusto, pero debo reconocer que me encanta la selva.

¿Cómo describirías al Perú desde el punto de vista folclórico? 

El Perú es un país de colores, es un país con diversos matices, es un país alegre, es un país que cree y tiene fe, un país donde los saberes populares arman la plataforma sobre la que nos movemos. Esos saberes, artesanales, festivos, culinarios, ancestrales, terminan dándole contenido a nuestras formas.

¿Cuándo vuelves a hacer un programa en un lugar que visitaste, sientes que la esencia de la fiesta ha cambiado o se mantiene el mismo sentido? 

Quizá. Una fiesta nunca es la misma, a pesar de que se repitan ciertos rituales. Cuando he vuelto me he descubierto diferente, con mayor conocimiento y ojo, para mirar otras cosas, cosas que no había visto antes. Las fiestas se transforman y esa realidad ha hecho que muchas de ellas sobrevivan en el tiempo.

¿Cuál es tu análisis respecto a la idiosincrasia de nuestros pueblos, crees que hay muchas diferencia, cuál sería tu recomendación para hacer y trabajar juntos?

Reconocer la diversidad como un valor y no como un problema. Trascender nuestra propia cultura si hay interés de conocer la del otro. Respetar, tenemos saberes distintos. Buscar siempre la horizontalidad, si somos capaces de escuchar, de darle al otro la importancia necesaria, encontraremos puntos en común, razones para unir y no dividir.

¿Crees que el turismo es una alternativa de desarrollo y crecimiento económico para el Perú? 

Creo que sí. El turismo puede impulsar otras actividades y en conjunto perfilar caminos y metas. Habría que promover redes y cadenas productivas en base a lugares y circuitos, que integren y que no solo beneficien a unos cuantos. Tenemos una gran riqueza y hay que saber aprovecharla, con responsabilidad,  sin depredar ni saturar destinos. Si no, el tener demasiado seguirá siendo un problema.

Tú que conoces nuestras costumbres y necesidades ¿qué harías para que el turismo ayude al desarrollo de los pueblos de nuestro país? 

Promover y hacer realidad los proyectos de turismo vivencial, hacer que funcionen y que no solo sean una fantasía. Hay quienes han impulsado estas propuestas priorizando el aprendizaje y equipamiento de los pobladores que van a ofrecer el servicio, pero no se han dado el trabajo de concluir con la cadena, el crear un mercado. De qué te sirve tener tu casa con agua caliente y un gran comedor, de que te sirve que sepas tender la cama y preparar uno y mil potajes, si nadie llega a visitarte. No vale jugar con el entusiasmo y el buen espíritu de la gente.

¿Estarías de acuerdo con que el Estado tenga una agencia que fomente el turismo no convencional? 

Estaría de acuerdo en integrar las diferentes propuestas exitosas que existen, buscar replicarlas donde sea posible, no sé si la solución sería una agencia estatal, todo depende, y de qué gente pongas al mando también, gente que no sabe o no tiene sensibilidad no haría mucho te lo aseguro (Con información de La Mula y Solo para Viajeros).

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