El oscarizado actor detesta hablar de su vida privada y le aterra comprobar cómo hay gente a la que esto le interesa más que las películas que pueda hacer.
"No hay nada bueno en ser famoso. Hablar de mi vida privada trae otra presión y expectación que a lo mejor la película no merece. Puede ayudar de alguna manera pero no en otras. No hay nada perfecto. Me imagino que estas ideas vienen de la percepción que tiene la gente desde fuera. Pero estamos acostumbrados. Hay ideas que tiene la gente, y luego estamos nosotros. Nosotros en la realidad", aseguró.
Bardem también afirmó que la actuación es uno de los trabajos más duros del mundo y cree que es difícil deshacerse de los papeles más emocionales una vez concluye el rodaje, según publica bangshowbiz.com.
"Soy afortunado por hacer un trabajo que me encanta, pero es duro. A veces tienes que meterte en un viaje emocional y luego volver a ser tú mismo y eso puede ser difícil de controlar", explicó al periódico The Independent.