Benedicto XVI fue recibido por Raúl Castro, hermano de Fidel Castro, a su llegada a Cuba y ha llevado un mensaje de “esperanza” a los ciudadanos del país caribeño. “Vengo a Cuba como peregrino de la caridad, para confirmar a mis hermanos en la fe y alentarles en la esperanza”.
Frente a Castro, el pontífice aseguró que se encuentra “convencido de que Cuba, en este momento especialmente importante de su historia, está mirando ya al mañana, y para ello se esfuerza por renovar y ensanchar sus horizontes", y añadió que la Iglesia "renueva su compromiso de seguir trabajando sin descanso por servir mejor a los cubanos".
Ratzinger también señaló que “no se puede seguir por más tiempo en la misma dirección cultural y moral que ha causado la dolorosa situación que tantos experimentan. El progreso verdadero tiene necesidad de una ética que coloque en el centro al ser humano y tenga en cuenta sus exigencias más auténticas".