Banner Tuvivienda
Sábado 18 de mayo 2024   |   Contáctenos
PolíticaInternacionalesEntrevistasCulturalAstrología
REDES SOCIALES
Martes 03 de abril 2012

Osvaldo Cattone: "No me siento argentino"

Artista habla de todo en picante diálogo.
Osvaldo Cattone: 'No me siento argentino'
Foto: limagris.com

Don Osvaldo Cattone, el mejor director de teatro de nuestro país es nuestro invitado y nos cuenta en esta entrevista un poco de su vida personal y su experiencia al mando del Teatro Marsano.

Con ese espíritu guerrero que siempre lo caracterizó, opina sobre la controvertida Ley de Artistas, sobre los matrimonios gays y nos adelanta algo de lo que será su primera novela “Mirar Sin Verte”.

Cattone sigue apostando por el teatro. Matrimonio.com, la nueva comedia del Marsano es un ejemplo, de que a pesar que existen menos puestas en escena de gran envergadura en nuestro país, aun se puede realizar obras exitosas y de calidad.

¿Qué recuerdos tienes de Argentina?
No me siento argentino, es decir; no me emociona el tango, no me emociono con el himno nacional argentino porque siempre de alguna manera he estado fuera de mi país. Me viajado mucho de joven. Soy argentino pero de una generación que son hijos de extranjeros como mis padres que son inmigrantes. Somos descendientes de polacos, españoles, judíos e italianos. Por eso, no estoy muy consustanciado con la realidad Argentina.

A los 18 años, me fui a estudiar a la Roma y volví a los 26 años, a trabajar en teatro en Buenos Aires. Después, me vine para Lima e imagínate Chelín que llevo prácticamente más años en Lima, 31 años, de los que llevé en Buenos Aires toda mi vida. Tengo un hermano, algunos primos y amigos gratos allá como Susana Giménez, amigos del colegio, de la universidad, compañeros actores, como también mi mujer, mis ex esposas y todo lo demás. Tengo un departamento puesto totalmente, al que voy cada año y medio aproximadamente.

¿Cómo decidiste radicar en Lima?
Hice una telenovela en la Argentina llamada ‘Nino’ que fue muy exitosa en toda Latinoamérica. Luego, Genaro Delgado Parker me contrató para protagonizar con Regina Alcóver ‘Me Llaman Gorrión’, que era una serie que se transmitía semanalmente. Tenía mucho tiempo libre ya que trabajábamos una sola vez por semana en televisión y ganaba bien. Así fue que decidí pedir un adelanto a Panamericana y me lancé como cabeza de grupo estrenando una comedia con Regina Alcóver llamada ‘Los ojos llenos de amor’. A raíz de esto, decidí quedarme para siempre en el Perú.

¿Cómo empezó el Teatro Marsano y cuántas obras se han representado?
Ochentaitrés obras. En 1976, el Marsano era un cine con muy poco público. La gente no quería venir porque decían que era Surquillo, que no era Miraflores, en ese tiempo. Me animé a tomarlo logrando gran éxito. De hecho, también existieron algunas obras que no concitaron la atención del espectador u otras en las que perdí mucho dinero como ‘El diluvio que viene’. Imagínate que perdía aún con el teatro lleno. Aún así, la mantuve un año en cártel, porque era una obra que tenía una infraestructura muy fuerte, un escenario giratorio, era maravillosa. Tenía todos los días el teatro lleno y todos los días perdía plata.

¿En qué papel te sientes tú más cómodo, como director o actor?
Como actor. Me gusta más trabajar en ese papel. El actor vivencia más, el director una vez que puso la comedia la tiene que ver de costado o desde la platea. Ahora que estoy dirigiendo el taller de teatro, me gusta más trabajar con mis alumnos transmitirles estados de ánimo, enseñarles técnicas, me gusta más estar practicando.

¿Consideras al público gay, un buen mercado para el teatro?
En Lima no, en Estados Unidos y en otras partes del mundo sí. En Argentina, si una obra gusta al público gay, al público homosexual sea solapa o definido, se asegura un éxito. Acá, he observado la gente gay es mucho más frívola, no va tanto al cine y al teatro. Disfruta más en un café, restaurante, la discoteca o se reúnen en casas privadas. Una pena que no amen demasiado la cultura. Es una lástima porque el público gay potencialmente es un público sensible, que debiera más que nadie, apoyar toda manifestación del arte.

En Buenos Aires existe une ley nueva que permite a los gays contraer matrimonio, ¿Estas a favor o en contra a esta nueva ley?
Te va a sorprender Chelín, pero me parece un disparate y te voy a explicar por qué. Yo no me casaría ni siquiera con una persona del sexo opuesto. Para mí, el matrimonio es una institución totalmente en decadencia. Dos personas tienen que unirse, vivir juntas, mientras se amen y no necesitan papeles para probar ese amor, no entiendo.

¿Y los beneficios sociales?
Los beneficios sociales creo que se pueden obtener de todas maneras y si tú tienes confianza en tu pareja gay por ejemplo, bueno ponen bienes en común esa confianza se la vas a dar tú, no se la va a dar la ley. Si tienes una pareja que piensas va a ser para toda la vida, o piensas que se merece, cuando de pronto tú estés muriéndote, le dejes tus bienes. Estas son cosas que se deben prever en vida, antes de morirte y es lo que debes hacer. Yo no entiendo lo del casamiento porque además te voy a explicar algo que es muy sutil, pero que es una realidad.

Para mí, aun en el mundo gay yo siempre pensé Chelín que tiene que existir entre una persona gay convencional y un travestí o una drag queen, la misma diferencia que hay entre una puta y una señora. Es decir, creo que se puede ser gay, mantener una dignidad, un respeto, mantener un orden en tu vida. No es necesario que nadie se ponga una falda, se ponga unos rouge en los labios para definir su opción sexual. Conozco mucha gente gay en el mundo entero: escritores, actores, directores, pintores que son verdaderos señores, con un orden ético, con un orden moral, gente que nunca se ha drogado, que nunca bebe, que tiene una ética en la vida.

La opción sexual no tiene porque prescindir de esos valores. Lo que tú hagas en la cama, no tiene nada que ver lo que tú sientas por otro ser humano, no tiene nada que ver con el orden que puedas llevar en tu vida. Yo por ejemplo, siempre he sido un hombre ordenado y he exigido que se me respete, porque mi vida merece respeto. Ahora, que cada uno haga lo que quiera y si mañana sale una ley no seré yo quien se oponga, por supuesto. Me encantaría que existiese la posibilidad de que cada uno hiciera de su vida lo que quisiese, porque finalmente nadie es quien para juzgar a nadie.

¿Qué opinas sobre las manifestaciones en el día del Orgullo Gay?
No sé, porque jamás he ido a una manifestación. No sé que decirte, mi opción es que cada uno haga de su vida lo que quiera. Digamos, que cada uno defienda su criterio, es mi opción democrática y liberal. Tengo un amigo que es bisexual y que se acaba de casar muy enamorado de su chica. Estoy leyendo el libro de Jaime Bayly que me parece espléndido, ‘El huracán lleva tu nombre’ donde él define con mucha valentía ciertas situaciones de su vida. Magníficamente escrito. Acabo de escribir un libro que se va a publicar dentro de poco que se llama ‘Mirar Sin Verte’ que es mi primera novela que la va a editar Alfaguara y habla de un tema muy especial de un hombre que nunca tuvo contacto con otro hombre, ni nunca pensó que pudiera tener contacto con alguien de su mismo sexo.

La novela trata de un hombre ordenado, con hijos y que se ve envuelto en una situación en la que siente una atracción muy fuerte por una persona de su mismo sexo, sin definirse gay y sin llegar a manifestarla, porque no sabe lo que le está pasando. Es una historia de amor imposible, de un amor terrible, que pasa por etapas muy curiosas pero donde realmente hay una gran dignificación de lo que significa el amor entre dos seres humanos del mismo sexo. Una vez fui a un cabaret de lesbianas en París donde se encontraba María Félix la famosa actriz, había gente y bueno, me quedé pasmado de ver digamos la osadía con que representaban su papel de hombre sin serlo. Vi a una lesbiana por ejemplo, con corbata y pelo corto, un cigarrillo o un habano colgándole.

A mí y esta es mi opinión Chelín, no quiero herir a nadie, pero la mujer es la mujer y el hombre es el hombre. Un hombre puede ser gay porque se acuesta con una persona de su mismo sexo, pero un hombre no puede ser mujer porque nunca será mujer. Y nunca una mujer será hombre jamás. Por eso hay tanta persecución en la gente heterosexual, por la confusión que ha creado precisamente el mariconismo barato, la peluquera, el maquillador, la peinadora que hacen de esto, un estandarte. Digamos que ser homosexual no tiene nada que ver con esa manifestación abierta y caricaturesca de lo que significa transplantarse a un sexo que no nos corresponde.

¿Has tenido amigos o compañeros actores que han sido víctimas del VIH/SIDA?
Sí, yo he perdido muchos amigos. Compañeros, escritores, directores en Argentina, acá también, mucha gente que fue víctima y eso si me parece lamentable. Si uno en su aspecto sexual, sea gay o no, tiene la tendencia a la promiscuidad, debe tomar sus recaudos. Personalmente, no practico un sexo desde hace muchos años, te diría que, desde antes que se descubra el Sida, hace veinte años práctico siempre un sexo muy seguro. Dudo, pero claro no quiero parecer omnipotente, dudo que a mí me pueda pasar algo porque no hago nada con gente conocida o desconocida que no sea preciso, puntual y absolutamente seguro.

Inclusive, me hago un análisis cada seis o siete meses no sólo de Elisa, sino de colesterol, triglicéridos y de todas las nanas que pueden ir apareciendo con la edad y cada vez que llegamos al VIH y me da negativo, me siento muy feliz porque sé que estoy actuando bien. Hoy en día, no podemos tener fe de ninguna niña o niño de dieciocho años con el que te acuestes, porque ya es sabido y es un axioma popular, que la persona con la que te acuestas, se acuesta a su vez con diez personas y viene heredando otras encamadas. Así que por más buena que sea la persona viene de un pasado y va hacia un futuro, y ese futuro yo no lo quiero cortar de ninguna manera.

Cambiando de tema, ¿Por qué Cattone no participa más en proyectos televisivos?
Bueno, la televisión es una deuda que nunca se terminó de saldar. Te voy a explicar porque Chelín: el teatro me dio todo, me dio el respeto del público, me dio un cierto privilegio, una calidad. No me transformé en una cara bonita de niño joven, de galán de moda de la televisión y con el tiempo, ahora a mi edad, he llegado a ser un hombre respetado que tiene un lugar en la cultura del país. Para poder dedicarle todo este tiempo al teatro no podía evidentemente hacer telenovelas, películas o hacer teleteatros que me agotasen llegando a mi territorio a trabajar a dirigir a enseñar agotado, sin energías.

Creo realmente que la vida del que hace telenovelas es muy dura. Lo que me gustaría mucho y es una deuda pendiente que quizá todavía no sé salde es tener un propio programa de entrevistas como el que hice hace muchos años que se llamó ‘Comiendo con Cattone’ que estuvo dos años en el aire y que después, por desinteligencia con el canal, dejé.

Por estos tiempos en TV, ¿No crees que sería ilógico que participes en producciones donde no hay un buen desarrollo en el manejo de actores, donde hay actuaciones tan elementales?
Esa es otra cosa Chelín que me parece bien observada. Soy muy perfeccionista y creo que dejándome dirigir en cierto tipo de telenovela por ejemplo, llegaría de alguna manera al no entendimiento. A mí no me gusta la improvisación de la televisión peruana. Me encantaría participar en programas de ficción pero con la calidad que se hacen los programas de otros países del mundo. En Argentina, hay unos teleteatros tan cuidados en escenografía, en ropa, en dirección de actores y acá, todo se hace muy a la criolla. Es el caso de la serie ‘Mil Oficios’.

Es realmente una pena ver como se ha hundido ese programa que si bien era tan popular, tenía un público y hoy observamos como realmente la desinteligencia, la falta de cohesión, de coherencia, la división, provocó al final un eclipse. Situación que terminó hundiendo a ‘Mil Oficios’. Hace poco vi un capítulo y me pareció realmente una vergüenza que Panamericana proyecte algo tan elemental, tan mal fotografiado, tan mal interpretado, fuera de ritmo, que realmente es una vergüenza para el país. Si yo tuviera un canal, me sentiría avergonzado de tener en pantalla un espectáculo como ‘Mil Oficios’ que es muy lamentable, mucho más malo que el de ciertos cómicos que se permiten criticar.

Creo que cuando no hay una dirección, todo naufraga. Un barco debe tener un timonel y un capitán. Era necesario que alguien asuma la responsabilidad y esto evidentemente que le quedó muy grande a Chuiman. “Mil Oficios” se ha hundido y ahora se demuestra que la gente no lo veía por Chuiman, sino la gente lo veía porque había una producción bien pensada, unos libretos ingeniosos. Cuando se fueron las cabezas, el barco se hundió.

¿Cómo ves la situación política del país?
Hay una realidad que hay que reconocer, hay muchas cosas en el país que se están hundiendo. La clase media en este país está exterminada. Entonces, hay un grupo que puede tener casa en Asia, un grupo de industriales y políticos que tienen la manija de la plata, pero fíjate como están las casas de Miraflores o San Isidro, como se están deteriorando. ¿Dónde están los teatros ahora? Antes existían el Mariátegui y el Arlequín en Jesús María, en Lince estaba el Arequipa, el Real en San Isidro, el Montecarlo acá en Miraflores, el Canout, el Marsano. Se fue Horacio Paredes porque falleció, desapareció Otiniano, Pepe y Lola Vilar se fueron y con ella toda la gente que hacía teatro profesional con un cierto criterio.

Quedan pequeñas salitas claro, La Católica o de pronto ahora el nuevo teatro de Larcomar que es una preciosura que regentea Chela de Ferrari, donde hay una universidad detrás. Es muy fácil que una universidad que por una partida de plata en beneficio de la cultura, mantenga una sala. Pero, ¿Qué empresario privado hace teatro en este momento en el Perú? Nadie realmente, solamente yo que no tengo ningún auspicio y que de alguna manera sigo adelante como puedo en las buenas y en las malas tropezándome, cayéndome y levantándome, pero en pie.

¿Estas de acuerdo con la nueva ley del artista?
Lo que pasa con la ley del artista es que todavía no se termina de reglamentar. El presidente Toledo en un acto demagógico y estupendo dijo, tenemos la ley del artista, la firmó delante de todos, todos nos paramos en la casa de gobierno, lo aplaudimos, pero de todas maneras no sé reglamenta. Todavía la ley no está de una manera práctica y dudo porque en este país, hecha la ley, hecha la trampa. Dudo que de pronto el sindicato de actores puedas plasmar los significados reales de la ley del artista, cuando haya de un conflicto por un actor.

Dudo porque los que manejan el sindicato de actores son también actores y de pronto se van a ver metidos en la mermelada, en el problema, van a tener el temor de enfrentarse a Genaro Delgado Parker o a Baruch Ivcher o a los que manejan América TV y no sabemos hasta que punto se va a poder lograr que realmente se dignifique el trabajo del actor en este país. En este momento, el actor está en el mismo estado que el que estaba hace treinta años. Todos sabemos que el palacio de justicia es el palacio de la injusticia, yo quisiera nunca y evitaría tener un juicio con alguien, porque estoy seguro que aunque tuviese razón, de pronto lo perdería, si ese alguien pone mil dólares más que yo.

Hay una frase muy graciosa en una película que vi canadiense hace poco que realmente me impactó: el tipo pretende sobornar a un policía poniéndole unos billetes en el brevete porque le hace una infracción y el policía le dice ‘señor yo no acepto sobornos. Esto no es Latinoamérica, eh’ ¿Qué te parece? Que concepto nos tienen en Europa y en algunas ciudades de Estados Unidos y el Canadá.

Para finalizar ¿Consideras que el teatro te ha distanciado de tu vida personal?
NNo creo, siempre he tenido la idea de que no podría ser buen actor o buen director si no viviera. Me he dado lujos en este país, que me parecen interesante acotar como ser humano. Tengo una casa simpática, vivo en la playa, rodeado de animales, no he sacrificado mi vida personal, he amado, me han amado, he querido, me han querido.

Soy muy frontal, no le temo a nadie, creo realmente en la democracia del país en el que vivo, aunque sea una utopía y yo siempre pienso que tiene que haber de todo: una libertad de culto, una libertad sexual y también una libertad de emitir una opinión contraria a la que se supone el gobierno defiende. Me siento bien, no he renunciado a nada por el teatro, me divierto, todavía me divierto a mis setenta años, todavía me siento un hombre entero y todavía estoy aunque te parezca mentira Chelín con la ilusión de que la vida me puede proporcionar cosas interesantes (Con información del portal Perú es Gay).

Participa:
Valorar
Cargando...
COMENTARIOS
0 comentarios
2018 Grupo Generaccion . Todos los derechos reservados    |  
Desarrollo Web: Luis A. Canaza Alfaro    |    
Editor de fotografía: Cesar Augusto Revilla Chihuan