Wendy Ramos: "En el clown el personaje es uno mismo"

Todos recuerdan a Wendy Ramos de la exitosa serie de TV “Patacalun” hace más de diez años, hilarante comedia que marcó los 90s y que eventualmente la vuelven a transmitir. Luego de mucho tiempo de estar alejada de los escenarios la podemos ver en “La Tía de Carlos”, en una impecable actuación. Hoy Wendy Ramos se ha consolidado como una maestra del género clown a través de su taller Bola Roja donde han egresado miles de aficionados y conocidos profesionales. Uno de los más grandes aportes sociales que realiza Wendy con su equipo son los “Doctores Bola Roja”, cuyo objetivo es conmover y dar esperaza a niños afligidos por la enfermedad.  Lamentablemente hace poco han sido víctimas de un repudiable robo y hoy buscan recuperar las herramientas que les permitirán continuar con esta maravillosa obra en una fiesta pro fondos que se llevará a cabo el sábado 28 de mayo. “Un payaso profesional es capaz de ver poesía donde hay tragedia”

¿Por qué esperaste tanto tiempo para volver a las tablas?

No esperé en realidad.  Yo hice teatro cuando estaba en la universidad como un juego y comencé a hacer clown. Yo estaba tranquila y  cómoda en mi ambiente y recibo esta invitación y tuve que pensarlo cuando fui invitada por Rocío a participar en esta obra.  La idea de estar sin nariz, sin protección para mí, y de no saber si lo podía hacer bien o no, me aterraba.  Fue para mi un recreo, ver que pasa, calmar una curiosidad que tenía desde hace tiempo. No fue planificado, no estaba dentro de mis planes.

¿Cuales son las diferencias y similitudes de entre hacer clown y una comedia como la Tía de Carlos?

En el clown no hay un personaje, el personaje eres tú. No hay un libreto, está en tu cabeza, en tu corazón, las cosas que tienes que decir. Por ejemplo para mi fue una gran dificultad aprenderme el guión porque no trabajaba con texto desde hace muchísimos años. Además la forma de hablar del personaje es medio a la antigua y me moría de miedo si se me olvidaba un pedazo. El clown mira al público todo el tiempo, comenta lo que le va pasando por la cabeza, por el cuerpo. Cualquier cosa que le suceda es bienvenida. La coincidencia es que en la comedia se permite salirse un poco de la letra.

¿Harías  drama?

Sí, ya me dio curiosidad. Ahora que estoy acá me ha provocado probar también con eso.

¿Televisión?

Cualquier cosa que me haga crecer, aprender, yo le digo sí.  Lo haría si es algo que no va en contra de lo que pienso y lo que creo que me pueda dejar dormir tranquila.

¿Cuántas promociones han salido de Bola Roja?

Yo ya llevo en Bola Roja enseñando 10 años continuamente. No los he contado pero mucha gente ya ha pasado por el taller.

¿Y cómo ha ido evolucionando el taller?

El taller ha ido cambiando en tanto yo he ido aprendiendo más. Cuando comencé en Bola Roja yo tenía la experiencia de Pataclaun pero no la podía usar porque empecé una búsqueda totalmente diferente de un payaso, que no estaba tan acotado a risas sino a conmover, y tenia pocas herramientas porque era lo que iba aprendiendo en los talleres que iba tomando hasta que de pronto tomé más y más talleres con los mejores maestros del mundo en esa búsqueda de encontrar un tipo de clown que a mí me llenara. De pronto me encontraba con clowns que eran muy poéticos, otros más inocentes, etc. Entonces Bola Roja es la mezcla de todas las cosas que yo aprendí, hacia lo que a mi me interesa decir, un clown que conmueve, que puede ir para la risa, el llanto, para cualquier lado,  que explora toda la comunidad de gente que tenemos dentro, no solamente somos buenos, tenemos a Dios y el Diablo adentro. Poner todo lo que tenemos lindo y no lindo sobre una mesa y mostrarlo para que el público se indentifique con eso.

¿Cómo nació Doctores Bola Roja y cómo se ha ido llevando a cabo el proyecto?

Doctores Bola Roja empieza porque me entero que existe el clown hospitalario y yo no lo sabía. Comienzo a investigarlo, me comienza a interesar mucho, en el camino le escribo a Patch Adams y me contesta, y fue increíble. Comenzamos a ir al hospital pensando en risoterapia, que fue una de las primeras etiquetas que nos pusieron cuando comenzamos a hacer este trabajo. Luego nos dimos cuenta que iba mucho más allá de eso porque no solamente interesaba la risa. Si hubiese sido así, daba lo mismo si contábamos chistes. Me di cuenta que lo que el payaso podía hacer dentro de un hospital va mas allá de la risoterapia. Me di cuenta que un payaso profesional es capaz de  ver poesía donde hay tragedia. Es capaz de ver  los ojos del niño y obviar toda la enfermedad. El payaso es capaz de ver al niño en su belleza, a través de los ojos del payaso el niño puede  verse a si mismo como un niño otra vez y no como la enfermedad que todo el mundo está mirando, y eso hace que el niño pueda tomar una posición mas activa frente a su enfermedad.

¿Cómo lidian con eso? Teniendo en cuenta que hay muchos niños que fallecen…

Es parte del trabajo. Yo llevé un taller que se llamaba “Taller Vivencial de Integración de la propia muerte” en España. Es un taller para gente que trabaja con enfermos desahuciados, terminales, parientes que están por morir, etc. Es para entender en qué estado está esa persona antes de morir. Ponerse en el lugar, respetar ese estado. A mi me gusta trabajar con enfermos terminales porque siento que puedo lograr que esa persona se vaya mejor. Acompañar hasta el final con alegría. Llevar vida donde hay muerte. Estamos en un “estado de payaso”, de otra manera no se podría. Mi payaso es mucho más valiente que yo.

A estas alturas de tu vida ¿Sabes cuál es tu misión de vida?

Me estoy dando cuenta. Hay muchas cosas que yo hago y después las miro.  Muchas de las cosas que he hecho no las planifiqué. Ahora miro lo que voy haciendo y siento que es transformar. En el Facebook, donde tengo más de 70,000 seguidores por ejemplo, lo único que hago es poner todos los días una frase y la gente participa mucho. Necesité en algún momento que alguien me enseñe a pensar porque en el colegio me enseñaron a paporretear. Sentí que a través de preguntas es la manera en que la gente piense. Siento que se puede transformar, si de los 70,000, una persona, yo soy feliz.

¿Cómo ha sido tu experiencia en la Tía de Carlos?

En un momento me llegué a arrepentir cuando empecé a estudiar el guión y me era tan difícil aprenderlo, se me hizo un mundo, luego los nervios, pero luego todo muy bien. Me encanta el elenco, hice amigos con un grupo completamente distinto al que yo suelo andar. Estoy contenta de haber aceptado.

¿Tienes planes concretos después de esta obra?

Mi actividad constante son los talleres que doy. Sigo tomando lo que aparezca, lo que me guste y me haga aprender (Con información de la web CircoVIP).