BUENOS AIRES.- Victoria Montenegro, quien había perdido a sus padres durante una balacera suscitada en Buenos Aires en 1976, pensó que la pareja de militares que la crió todo el indicado lapso eran personas generosas y humanitarias.
Luego que Montenegro había cumplido 24 años, el grupo que estaba a cargo de las investigaciones de los actos de lesa humanidad cometidos por la entonces agrupación llamada “guerra sucia” entre los años 1976 y 1983, manifestó a la joven que sus verdaderos padres figuraban en la lista de los “desaparecidos”, tal como se les denomina a las víctimas de la guerra.
36 años después de los referidos sucesos, Montenegro confirmó que uno de los cuerpos no identificados en la frontera con Uruguay era el de su padre, quien fue identificado como Roque Orlando Montenegro (20).