Imagen captada por un twittero en la segunda jornada de Cacerolazo en Buenos Aires
Las redes sociales, en particular Twitter, mostraron una vez más que constituyen el escenario por excelencia para catalizar procesos de protesta. La prueba, el “cacerolazo” que se convocó a través de Twitter y que continuó por segundo día consecutivo en algunos barrios mesocráticos de la capital argentina, tales como Belgrano, Norte, Caballito y Palermo.
Vecinos de estos lugares, tal como muestran las numerosas imágenes que se difunden a través de los portales de los medios de comunicación y las redes sociales, portando cacerolas, produjeron un ruido ensordecedor a fin de dejar sentada su disconformidad por la política del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
Sin embargo, lo que aconteció en Twitter en el segundo día de protesta nos muestra también que así como esta red social puede servir de instrumento para desencadenar protestas, puede también convertirse en el medio a través del cual quienes en principio eran el objetivo de las críticas se devengan en críticos de quienes los criticaron. La prueba palpable la constituye las palabras y etiquetas que han contado más en ambos días para los twitteros.
Pues si bien en la jornada twittera correspondiente al 31 de mayo, la palabra cacerolazo se posicionó en el primer lugar en Argentina, durante el segundo día de protesta callejera esta palabra fue desplazada en las preferencias de los twitteros por el neologismo caceroludo (unión de cacerola y boludo). Es decir, por aquellos que defendiendo la posición del gobierno critican a los que promueven los cacerolazos. Ningún campo quiere dejar este espacio libre para la acción del lado opuesto.
Twitter, y esto al parecer se extenderá a otros espacios de interactividad, se ha convertido en esta forma en otro escenario de la lucha política que libran los opositores del gobierno Cristina Fernández de Kirchner, quienes le enrostran actos de corrupción, matonería, inseguridad, expropiaciones, en otros cargos, y aquellos que ven en los que protestan tan solo a un grupo que defienden sus intereses, “su bolsillo”, debido a que desde noviembre pasado no pueden comprar dólares.
Dato
A través de Twitter se ha convocado a una nueva jornada de cacerolazo para el 7 de junio a las 7.30 pm en la Plaza de Mayo.