Una rara pero efectiva solución a la gran cantidad de insultos. Los pobladores de Middleborough, Massachusetts, que tienen unos 20.000 habitantes, votaron a favor de que todo aquel que hable insultos en público pague una multa.
Los residentes aprobaron por 183 votos a favor y sólo 50 en contra la propuesta del jefe de la policía local para imponer una multa de 20 dólares a todos aquellos que maldijeran o soltaran palabras ofensivas en la calle.
Según informó la policía de la ciudad, “no se trata de censurar conversaciones privadas, sino exterminar palabrotas utilizadas por adolescentes y jóvenes en la vía pública”.
La medida generaría que se planteen algunas dudas sobre los derechos de la Primera Enmienda (parte de la constitución de EE.UU. que prohíbe el coactar libertades de ciudadanos), pero la ley estatal permite a las ciudades aprobar leyes que dan a la policía el poder de arrestar a cualquiera que “se dirige a otra persona con lenguaje profano u obsceno” en un lugar público.