Un hombre de 53 años, que venia siendo juzgado en el estado de Arizona (Estados Unidos), se habría suicidado al escuchar la sentencia de su caso.
A Michael Marín, se le juzgaba juzgaba esta semana por incendiar su lujosa mansión, valorada en 2,7 millones de euros y que intento vender en varias ocasiones fracasando en el intento.
Tras no lograr su propósito, el hombre de 53 años incendió su casa para cobrar el dinero de la compañía de seguros. Los bomberos determinaron que el fuego fue provocado y la aseguradora lo llevó ante los tribunales.
El jurado halló culpable a Marin y éste, tras escuchar la sentencia, se introdujo algo -todavía sin determinar- en la boca. Instantes más tarde bebió agua y acto seguido cayó al suelo en medio de convulsiones. Murió en la misma sala del tribunal.
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