Viernes 26 de abril 2024 | Contáctenos
Tras el anuncio del Gobierno español de un ajuste de 65.000 millones en dos años, las manifestaciones desbordaron las calles de las principales ciudades de España.
Las manifestaciones reunieron a centenares de miles de personas en unas 80 ciudades de España apenas unas horas después de que el Congreso de los Diputados aprobara el tijeretazo solo con los votos del Partido Popular.
La magnitud del mayor recorte de la democracia ha unido a sindicatos, organizaciones y movimientos sociales —han secundado las protestas más de mil organizaciones— que hasta la semana pasada era impensable que salieran juntos a la calle.
El Gobierno sabía que el descontento había crecido mucho últimamente —más con el ya famoso grito de la popular Andrea Fabra en el Congreso: “¡Que se jodan!”—, pero no esperaba movilizaciones masivas. Las protestas contra la reforma laboral llegaron a ser contundentes por momentos, sobre todo en las primeras manifestaciones convocadas contra ella, pero ninguna ha tenido esta dimensión. Ni siquiera la de la huelga general.
El ajuste que aprobó el Gobierno de Mariano Rajoy llega directamente al bolsillo de todos los ciudadanos, de una o de otra forma: la subida de impuestos, el aumento de las retenciones, la suspensión de la paga extra de Navidad a los funcionarios, el recorte de las prestaciones por desempleo, los despidos en las empresas públicas, entre otras decisiones drásticas.
Pero la medida que más ha contribuido a llenar las calles ha sido la suspensión de la paga extra de Navidad a los empleados públicos, como se ha puesto de manifiesto en las protestas que, organizadas o espontáneas, ha habido durante la última semana.
Alicante, Bilbao, Sevilla, Valencia y más de 80 ciudades en toda España secundan los actos convocados por los principales sindicatos.
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