Jueves 25 de abril 2024 | Contáctenos
De paso por París, ciudad en la que se encuentra a fin de presentar su nuevo obra titulada “El precio de la desigualdad”, Joseph Stiglitz, co-Premio Nobel de Economía 2010, dio su apreciación al cotidiano Liberation en medio, por una parte, del debate que ha desatado el impuesto del 75 por ciento a los ingresos mayores de 1 millón de euros por año y, por la otra, de la tormenta desencadena por la decisión del multimillonario francés Bernard Arnault de solicitar la nacionalidad belga.
“El presidente del Grupo LVHM (*) pretende quizás sacar provecho de las diferencias fiscales existentes en Europa que permiten evitar el peso masivo del fisco. En los EEUU, no resulta suficiente dejar el país para no ser sujeto de los impuestos sobre los ingresos. Es necesario solicitar la renuncia a la nacionalidad. Y uno tiene que pagar una fuerte suma si intenta sacar su dinero del país”, señaló el laureado economista norteamericano.
Añadiendo que “En Europa los ricos pagan con frecuencia menos impuestos que las otras categorías gracias a la existencia de los llamados nichos fiscales, o a la evasión fiscal... eso erosiona el sentido de la comunidad, debilita la democracia e incrementa la desigualdad. Aún más, debido al hecho de que los ricos se enriquecen más gracias a las rentas de situación, en detrimento de la creatividad y la innovación. Esto es injusto e ineficaz desde el punto de vista económico. Los países industrializados deben reanudar con los impuestos sobre los ingresos totales y progresivos, con una tasa marginal del orden del 70 por ciento”.
(*) El Grupo LVHM es el primero en la producción de bienes de lujo en el mundo. Agrupa a empresas como Christian Dior, Louis Vuitton, Guerlain, Hennessy, Moët et Chandon, Château d’Yquem, Sephora, entre otras
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