El llamado "exilio fiscal" en el centro del debate en Francia

Francois Hollande tiene al parecer el camino allanado para iomplementar su política de ajuste en Francia

La que se ha armado en Francia como consecuencia de que el hombre más rico del país, la cuarta fortuna a nivel mundial, ha solicitado oficialmente la nacionalidad belga.  Poco importa en estos momentos si el afortunadísimo Bernard Auralt ha señalado que paga sus impuestos en Francia. El debate ha sido en buena forma relanzado.

Una controversia catalizada sobre todo por el cotidiano francés  Liberation que en su edición correspondiente al día de ayer 10 de septiembre lanzó en su portada un furibundo ¡Lárgate de aquí rico estúpido!, en clara alusión a la decisión del magnate galo de ser además de ciudadano francés un ciudadano belga.

El hecho es que hoy en toda Francia se habla del llamado exilio voluntario de los más ricos en el hexágono hacia Bélgica, Suiza, Luxemburgo o el Reino Unido. Un exilio que según lo que señala Liberation en su edición correspondiente a hoy martes 11 de septiembre involucraría a “800 (ciudadanos franceses) por año y algunas decenas de miles de millones de euros”.

Movimiento, como señala el diario galo, que se alimentará sobre todo debido a la decisión tomada por el presidente socialista Francois Hollande de imponer un impuesto del 75 por ciento a los ingresos correspondientes a más de 1 millón de euros por año. Lo que añadido al incremento de los impuestos por derechos de sucesión y el alineamiento de la fiscalidad del capital en relación a la del trabajo, entre otros factores, propulsa dicha migración.

Así las cosas, incertidumbre, por una parte, de los banqueros al ver que sus principales clientes migran a otros destinos, y a la protesta, por la otra, de empresarios emblemáticos francés, tal como el presidente de France Telecom, quien sostiene que ninguno de los países que está en crisis en Europa “no tiene un impuesto del 75 por ciento”, la estrategia política del presidente socialista resulta exitosa: La medida goza del apoyo popular.

Francois Hollande, al parecer, tiene el camino allanado a fin de implementar sus medidas de política austeridad en aras de conducir, como él dice, a Francia hacia la senda del crecimiento, un camino que le permita disminuir la abultada tasa de desempleo, flagelo social  que castiga a alrededor de 3 millones de franceses en este duro 2012.

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