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Domingo 21 de octubre 2012

Ministra Eda Rivas a Fujimori: el indulto es el reconocimiento del delito

"No sé por qué dicen que el presidente Humala pierde con este pedido", manifestó funcionaria.
Ministra Eda Rivas a Fujimori: el indulto es el reconocimiento del delito
Foto: Tuteve.tv

Eda Rivas Franchini. Ministra de Justicia y antes viceministra del mismo sector. Durante el fujimorato, ocupó cargos en organismos como Copri, Ositrán y en la Comisión Ejecutiva del Poder Judicial. Precisamente, el indulto a Fujimori anima esta entrevista.

Se ríe y no se queja. Con menos de cuatros meses como ministra de Justicia, Eda Rivas ha aprendido algo del lenguaje carcelario. "Los presos dicen 'échate grasa para que resbale', como queriendo decir que no hay que hacer caso de los ataques; yo hago lo mismo", dice. Y hasta ahora parece que la fórmula le funciona.

-¿Está cómoda como cabeza de su sector?

Estoy muy motivada. Quiero creer que estoy contribuyendo a que mi país sea un poquito mejor. Trabajo con mucha alegría a pesar de las dificultades que en este momento me toca enfrentar.

-¿No hubiera preferido que el pedido de indulto para Alberto Fujimori no se presentara durante su gestión?

No es un tema de preferencias. Si se ha presentado, está bien, hay que enfrentarlo. Así como las otras cosas que vienen sucediendo. Hay temas complicados, sin lugar a dudas, pero para eso estamos. Lo digo de corazón, no porque sea una frase hecha.

-Más allá de los asuntos estrictamente legales, se hacen lecturas políticas sobre el tema. Se dice que, otorgue o no otorgue el indulto, el presidente Humala saldrá perdiendo. ¿Qué piensa usted?

Eso es pura especulación. No veo por qué va a salir perdiendo. En todo caso, ya veremos lo que va a pasar. No podemos adelantarnos. Lo que sí es una pena, desde el punto de vista de lo que venimos haciendo desde el Ministerio de Justicia, es que esta sociedad se vuelva a polarizar. Y es una pena porque el 8 de diciembre vamos a tener un año de este nuevo Ministerio de Justicia  y Derechos Humanos. No es un cambio de nombre nada más, es un cambio de visión. ¿Y qué es lo que queremos con este cambio? Darle un enfoque transversal, de derechos humanos, a todo lo que es el trabajo en el Ejecutivo y en el Estado. Para eso estamos trabajando en el Plan de Derechos Humanos que vamos a implantar en las distintas instancias del Estado. A los derechos humanos vamos a explicarlos como derechos fundamentales, los que están en el artículo 2 de la Constitución. ¿Quién puede estar en contra de eso? Desgraciadamente, nuestra historia nos ha llevado a decir, cuando se habla de derechos humanos, que los que están a la izquierda son caviares y los que están a la derecha dicen "aggg, derechos humanos".

-¿Y usted piensa cambiar esa percepción en la sociedad peruana? Tremenda tarea.

Pero alguien la tiene que iniciar. No podemos ser una sociedad eternamente dividida. Las nuevas generaciones de peruanos no pueden tener el concepto de que los derechos humanos te perjudican y no te benefician.

-Entremos a la coyuntura: hoy (viernes) han aparecido resoluciones en las que se concede el indulto a tres personas. Y en estas resoluciones está claro que las tres están en etapa terminal. Alberto Fujimori no está en etapa terminal, sus propios hijos lo reconocen. ¿Las resoluciones también son un mensaje para los Fujimori?

No. Esto es simplemente lo que nos corresponde hacer como Comisión de Gracias Presidenciales. Es cierto que la comisión tiene algunos casos muy urgentes que tiene que resolver, porque las personas están en etapa terminal y, si no se les ayuda, fallecen. Hay un tema adicional, usted no me lo ha preguntado, pero una de las personas a las que se dio el indulto ha fallecido...

-Se lo iba a preguntar ni bien terminara. ¿El Estado va a esperar a que la gente esté en el último momento de sus vidas para dar el indulto?

No, no, no es así. Esta persona (Paula Zúñiga) viene de Ayacucho, no estaba en un penal de Lima. Su familia pidió la gracia el 5 de octubre, hace poco. Y además tienen que cumplir ciertos requisitos. Por ejemplo, vienen sin informes médicos.

-Pero la señora Zúñiga no es la única persona que ha pedido el indulto y muere días después. El señor Iburcio Morales también pidió el indulto, al menos que  se le cambiara la prisión efectiva por el arresto domiciliario, pero no se hizo nada.

Bueno, efectivamente, la hija del señor Iburcio Morales pidió el indulto no hace mucho tiempo...

-Fue en junio. IDL-Reporteros lo informó en esa fecha.

Yo tengo entendido que fue un poco después. Aun así, el asunto es que también vienen sin nada. Hay una serie de requisitos, aparte de la solicitud misma. Los reportes médicos a veces demoran, y eso es lo que lleva a que sucedan este tipo de cosas lamentables. Lamentamos lo de la señora Zúñiga. Hemos estado aquí con la Comisión de Gracias Presidenciales. A estas personas, a pesar de que estaban graves, las habían devuelto a los penales. La ministra de Salud logró que las vuelvan a aceptar.    

-¿Las personas a las que se dio el indulto firmaron sus solicitudes?

En el caso de la señora Zúñiga, lo hizo su sobrino porque ella era iletrada y no estaba en capacidad de firmar nada. En el caso de Iburcio, fue la hija quien pidió y él ratificó. Y otro de los señores firmó personalmente. Los pedidos de indulto hay que firmarlos personalmente.

-Alberto Fujimori no lo ha hecho.

No, lo han hecho sus hijos.

-¿Eso cambia el trato legal que se le pueda dar a esta solicitud?

Lo que pasa es que la solicitud de indulto es para el perdón de la pena. Y cuando una persona está en capacidad de hacerlo, tiene que hacerlo. Yo no puedo pedir perdón por ti. Y tú tampoco por mí. El sentido de pedir que sea la propia persona es por eso, porque el indulto es el perdón de la pena y también el reconocimiento del delito.

-Y eso probablemente es lo que quiere evitar Fujimori. Porque sí está en capacidad de firmar cosas. Así como dibuja cuadros coloridos, también puede manipular un bolígrafo.

Por lo visto. Ese es el sentido de que alguien pida el indulto personalmente, no es una majadería. Uno reconoce que ha cometido un delito y pide que se le cambie la pena.

-Esto ya se lo preguntó Rosa María Palacios, pero quiero insistir: ¿es posible que la prensa tenga acceso al espacio que ocupa Alberto Fujimori en la Diroes?

Lo que yo me imagino, al margen de la prensa, es que la Comisión de Gracias Presidenciales debe ver en algún momento las condiciones carcelarias del ingeniero Fujimori.

-Entiendo, eso es parte del procedimiento, pero el público también podría saber cómo vive Fujimori.

Le voy a responder lo mismo que le dije a Rosa María: eso depende del INPE. Se lo tiene que pedir (se ríe). Yo soy la jefa de ellos, pero no puedo sobrepasar  mis funciones.

-El presidente Humala recibirá el informe de la Comisión de Gracias Presidenciales. Tiene autonomía para tomar una decisión sobre el indulto pero también puede consultar con sus ministros. ¿Cómo es su relación con él?

Creo que todos los ministros tenemos una relación muy cordial y muy abierta con el presidente. De paso quiero negar esto que salió en la prensa, que hemos tratado el tema del indulto en el Consejo de Ministros y que nos hemos dividido. Ni se ha tratado, ni nos hemos dividido.

-Lo que se ha dicho es que tienen opiniones divididas, no necesariamente expuestas en el Consejo de Ministros.

Ah, pudiera ser que cada uno tenga su opinión, eso es evidente, pero que la hayamos expresado en el Consejo de Ministros ese es otro tema. Se verá en su momento, o no se tratará. En todo caso, ese es un tema del presidente. Y el presidente es un hombre que escucha...

-También está la versión de que el presidente es un hombre solitario, que solo consulta a tres personas.

Como todo ser humano, me imagino que tendrá personas de su confianza que lo asesoran, pero, al margen de eso, él es una persona que coordina con sus ministros y que es muy respetuoso de las opiniones ajenas.

-¿Diría que es una de las ministras más cercanas al premier Jiménez?

No sé si soy una de las más cercanas. Es cierto que trabajamos juntos mucho tiempo atrás, de allí cada quien siguió su camino, de vez en cuando nos veíamos. Nos reunimos por Francisco Eguiguren (ex ministro de Justicia). Sí, yo soy cercana a Juan Jiménez, lo aprecio, creo que es una persona muy honesta, muy dinámico, tal vez más dinámico de lo que debería ser (sonríe).

-¿Y hay parcelas dentro del gabinete? ¿Hay, por ejemplo, jimenistas en el Consejo de Ministros?

¿Jimenistas dentro del consejo? No, yo no he visto que haya una división entre los ministros. Hay posiciones, como toda en la vida. Imagínese si todos en el gabinete pensáramos igual, eso sería rarísimo. Hay puntos de vista, pero hay respeto. No siempre pensamos igual pero nos ponemos de acuerdo, después de largas discusiones. Por eso los Consejos de Ministros empiezan a las 8 y terminan a las seis de la tarde.

-¿Cuál es el principal objetivo de su gestión, lo que usted señalaría como un logro?

Tengo varios objetivos. Un logro que espero que pronto podamos sacar a la luz es el Plan Nacional de Derechos Humanos, debe estar terminado en noviembre. Otro tema es el Plan de Política Criminal Penitenciaria. Es una cosa importante planificar eso de manera coherente. Le cuento un caso: vinieron expertos que nos contaron que en un momento, en Colombia, se dieron crímenes con ácido. Entonces, modificaron el Código Penal y crearon el delito de 'homicidio por ácido', que no era otra cosa que un homicidio agravado. A nosotros nos pasa lo mismo. Creamos delitos que ya están en el código. Con eso deformamos las penas.

-Eso me recuerda al proyecto de negacionismo. Si ya existe el delito de apología, ¿para qué uno que cumple la misma función?

Pero la apología no se ha usado.

-A ver, voy a completar la idea. Hace poco le dijo a Caretas que la figura del negacionismo se aplica a gente que fue sentenciada por terrorismo y que en un acto público justifique o minimice los crímenes de grupos terroristas...

Creo que no fui clara en ese aspecto. No es para aquellos que tienen sentencia, sino para quienes justifiquen o minimicen casos que ya han sido sentenciados como terrorismo, con un fin determinado y públicamente.

-Pero los del Movadef no hacen las cosas públicamente. Si captan jóvenes, lo hacen clandestinamente.

No, sí lo hacen, por ejemplo cuando ellos reivindican el pensamiento terrorista en televisión.

-Claro, sus voceros. Pero en el Movadef también hay jóvenes captando jóvenes, y eso no es público.

Mire, la importancia de este proyecto es que ha generado un debate nacional sobre el tema. Este gobierno quiere luchar contra la lacra del terrorismo. Y es evidente que contra el terrorismo no se puede luchar con leyes nada más. El terrorismo ya no es lo que conocimos en los ochenta y noventa, ahora se parece más a la figura de la criminalidad organizada. A Sendero y a otros grupos terroristas se les debe combatir ideológicamente pero también normativamente. Y, por supuesto, militarmente. Y se está haciendo. Este tema de lo del Vraem no es que no se supiera antes, sino que no se quiso enfrentar. Lo del Vraem no ha surgido en julio del 2011. Esto ha existido, se ha ido nutriendo y lo han dejado nutrirse.

-Es interesante que reivindique a las Fuerza Armadas. Sus críticos, por el contrario, siempre recuerdan que usted fue esposa de Diego García Sayán (vicepresidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos) y por eso dicen que usted forma parte de un grupo que está en contra de las Fuerzas Armadas.

¿Qué puedo pensar? Yo simplemente me río, ese tipo de cosas no tienen ni pies ni cabeza. Yo no entiendo a quienes hacen un análisis político atacando a las personas o adjetivándolas. Yo jamás lo haré, porque no es mi estilo. Las ideas se discuten, los insultos ni se escuchan.

-¿Trabajó con José Dellepiane?

Sí, claro.

-¿En qué año?

No recuerdo bien. Yo trabajé en la reforma del Poder Judicial y me da risa cuando dicen que yo lo oculto.

-Está en su hoja de vida, es verdad.

Sí, está en mi CV. Me siento orgullosa de haber trabajado en eso. Yo estuve muy vinculada al tema de la reforma del Poder Judicial. Me era muy claro, cuando yo era estudiante, que yo no iba a ser una litigante. No soportaba el nivel de corrupción que había en el sistema.

-¿Usted piensa que con la reforma que empezó el señor Dellepiane la corrupción se redujo?

Yo estoy segura de eso.

-¿Sí? Ya había ocurrido lo de abril de 1992 y Montesinos estaba a punto de tomar el Poder Judicial.

Estaba a punto, tú lo has dicho. No lo había tomado. Yo creo que los esfuerzos en materia de reforma se hicieron en ese año o año y medio. Yo no estuve al principio.

-El señor Dellepiane también se reunía con Montesinos y recibía encargos de él.

Eso no me consta. Lo que yo sí vi fueron todos los esfuerzos que se hicieron para capacitar a jueces y combatir la corruptela. El tema de la corrupción en el Poder Judicial, que es un tema tan delicado, ni comenzó allí, ni terminó allí.

-Bueno, se agudizó allí.

Pero no a través de la gerencia ejecutiva de proyectos, que era la que veía los cambios administrativos en el Poder Judicial. Un esfuerzo como ese no se había dado antes.

-¿Cuánto costaron los peritajes que se hicieron para el caso Chavín de Huántar, en el que se ha absuelto a Vladimiro Montesinos, Nicolás Hermoza y Huamán Azcurra.

No, perdón, esos peritajes no se hicieron para este juicio. Esto se hizo para el caso en sede supranacional.

-Sin embargo, han estado dentro del proceso.

Nosotros intentamos dárselo, en este proceso, a los jueces, pero no lo aceptaron.

-¿Y por qué intentaron dárselo?

Porque siempre ha habido este mito, bueno, no sé si es un mito, de que a los comandos quisieran involucrarlos nuevamente.

-Ministra, en este caso los comandos no estaban incluidos, ¿por qué se quiso entregar esta información?

Se quiso entregar pero no la incluyeron. Esto, como le digo, es para el caso en sede supranacional.

-¿Y cuánto costaron los peritajes?

En este momento no lo recuerdo, pero te puedo alcanzar la información.

-¿Qué la haría renunciar?

Me haría renunciar la convicción de que no puedo hacer más. Algo que estuviera en contra de mi conciencia. Me equivoco como todos los seres humanos, y me seguiré equivocando, pero (hace una larga pausa) duermo tranquila, con mi conciencia tranquila (Realizada por Emilio Camacho para el periódico La República).

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