Tras el paso del huracán Sandy, los ciudadanos de Nueva Jersey y Nueva York pugnan por conseguir gasolina. Y es que los grifos no pueden funcionar debido a la falta de electricidad. A su vez la gasolina se van terminando en los pocos locales que funcionan.
Las autoridades de cada una de las ciudades han dispuesto que no se venda más de 10 galones por persona. La situación ha generado que se formen enormes colas en las pocas estaciones de servicio que existen.
Por su parte, el presidente Barack Obama busca la manera que vuelva la energía en dichas ciudades.