Ikea se disculpa por haber usado mano de obra forzada en el este de Alemania

Ikea se disculpó hoy viernes por utilizar a los presos políticos en la Alemania Oriental para hacer algunos de sus muebles durante la década de 1980.

Víctimas de la República Democrática Alemana República (RDA) Stasi se quejan. La policía secreta vio como un alto ejecutivo del gigante sueco reconoció por primera vez que había dejado de actuar cuando los rumores de trabajo penitenciario habían surgido.

"A pesar de los intentos de Ikea en la década de 1980 para impedir el uso de los presos políticos en la fabricación de sus productos en la República Democrática Alemana, los presos políticos fueron utilizados. Como representante de Ikea en Alemania, les ofrezco mis más sinceras disculpas a las víctimas", dijo Peter Betzel, gerente de la empresa nacional.

Avergonzado por los informe en los medios de comunicación de Ikea, el minorista líder mundial de muebles, puso en marcha una investigación interna hace un año para determinar si había utilizado el trabajo forzoso en la República Democrática Alemana hasta la caída del Muro de Berlín en 1989.

Se entregó la investigación a los auditores de Ernst & Young en mayo para garantizar una mayor objetividad.

La presentación del informe tuvo lugar a pocos metros del Checkpoint Charlie, uno de los hitos de la división de Berlín durante la Guerra Fría, donde la Stasi ex presos dijeron que esperaban que el estudio podría conducir a una compensación económica.

"No se trata de conseguir una indemnización justa de Ikea, sino de todas las empresas que jugaron un papel en esto", dijo Rainer Wagner de 62 años de edad. Ikea no tocaron el tema de la compensación a pesar de que dijo que consideraría la financiación de nuevas investigaciones sobre toda la cuestión del trabajo forzoso.

Wagner fue encarcelado después de intentar huir de la RDA en 1966 y se vio obligado a trabajar en una fábrica de producción de medidores de gas. Algunas de las empresas participantes fueron privatizadas después de la reunificación, dijo.

Otros ex presos contaron que eran arrojados a celdas de aislamiento y alimentados con raciones de castigo por no alcanzar los objetivos de productividad en las fábricas que trabajan para las compañías occidentales, entre ellos Ikea y otros nombres familiares.

Ikea tiene 338 tiendas en 40 países. El fundador Ingvar Kamprad, es un multimillonario de 86 años de edad que vive en Suiza, todavía controla el grupo con su familia y no es ajeno a la controversia, después de haber estado involucrado con un grupo sueco fascista en la década de 1940.