Roma.- El Papa Benedicto XVI ofreció su último acto público frente a casi 150 mil personas que acudieron a la Plaza de San Pedro, donde expresó palabras que provocaron una gran emoción en varios de sus seguidores hasta llegar incluso a las lágrimas.
“Amar a la Iglesia significa también tener la valentía de tomar decisiones difíciles, teniendo siempre presente el bien de la Iglesia y no el de uno. He dado este paso sabiendo su profunda gravedad y novedad, pero con un ánimo sereno”, reconoció el Sumo Pontífice desde el Vaticano.
Asimismo, Joseph Ratzinger, nombre original del eclesiástico de origen alemán, garantizó a los seguidores al catolicismo que su iglesia “no se hundirá” pese a los diversos problemas que se han registrado últimamente.
“Dios no dejará que la Iglesia se hunda. Un papa no está sólo en la guía de la barca de Pedro, aunque es el primer responsable y yo no me he sentido solo a la hora de llevar la alegría y el peso del ministerio petrino”, dijo el Papa.
Sin embargo, descartó que luego de su salida de la silla de Pedro, retome una vida “llena de viajes y conferencias”.