Quince días después de producido el derrumbe del complejo textil en Bangladesh se sabe que el número de muertos se aproxima al millar y que 2437 resultaron heridas. Precisamente, hasta el momento se han hallado a 940 víctimas bajo los escombros del edificio factoría.
Ante ese hecho la Organización de Naciones Unidas ha solicitado a las firmas mundiales de ropa que emplean mano de obra en Bangladesh a que mejoren las condiciones de los millones de empleados que trabajan para ellas.
“Las firmas internacionales que producen en Bangladesh tienen la responsabilidad de proteger los derechos humanos”, dijo Pavel Sulyandziga, funcionario de la ONU quien dirige uno de los grupos en esta organización multilateral refiriéndose a los trabajadores que trabajan bajo del emblema de estas multinacionales.
Sulyandziga sostiene que los productores que operan en Bangladesh, convertido en una de las factorías textiles del mundo dado los baratos costes de producción en la industria de la ropa, deben “ejercer su influencia como compradores de estas manufacturas” a fin de promover un cambio en las condiciones laborales de los trabajadores de este país, en el que incluso China ha deslocalizado actividades productivas en este sector.