Uno de los presuntos asesinos del soldado británico participaba en reuniones de la organización islámica Al Muhajiroun

El hombre que machete y cuchillo en mano gritaba “vamos a iniciar una guerra en Londres” desde una distancia de tan solo unos metros del lugar donde yacía el cadáver del soldado inglés a quien él presuntamente poco antes había asesinado, frecuentaba las reuniones de la organización islámica Al Muhajiroun.

Así lo hizo saber a la prensa británica Anjem Choudary, connotado dirigente de la organización fundada en 1983 por el líder musulmán Omar Bakri Mauhammad, al señalar que él conocía a Michael Adebolajo de 28 años de edad que, tal como se ve en lo videos propalados a nivel mundial, lanzaba proclamas políticas blandiendo armas blancas.

Anjem Choudary dijo que “Mujahid”, el nombre con el que en la organización se referían al presunto asesino del soldado británico, se convirtió al Islam en 2003 y es un británico de origen nigeriano, dejó de participar en las reuniones de esta organización desde hace dos años.

“Lo conozco con el nombre de ‘Mujahid’. Él participaba en las reuniones y en las lecturas del Corán. No lo señalaría como un miembro de la organización (Al Muhajiroun). Había muchas personas que participaban en nuestras actividades, pero que no eran necesariamente miembros”, precisó.

“Era un tipo amable, tranquilo. Se convirtió al Islam en 2003. Era un chico completamente normal. Estaba interesado en el Islam, en memorizar el Corán. Desapareció hace dos años. No se qué influencias tuvo desde entonces”.

Al Muhajiroun fue fundada en 1983 por el líder islamista Omar Bakri Muhammad. La organización se hizo conocer por tratar de justificar los ataques del 11 de setiembre de 2001 y promover el desarrollo de la retórica islamista.

Por su parte Anjem Choudary, quien ha sido una de las figures más controvertidas en los círculos islamistas británicos, fue uno de los críticos del involucramiento de las fuerzas militares en Irak y Afganistán. Sin embargo, insiste en señalar que nunca ha señalado que el ataque a las tropas o personal de seguridad sean hechos que se puedan justificar.