La concentración de medios de comunicación, por parte de un grupo económico, constituye una amenaza para la libertad de expresión, sostuvo el escritor Mario Vargas Llosa, quien abogó por que la controversia en torno a este tema sea resuelta en el Poder Judicial o instancias internacionales.
“Que haya una economía de mercado y se respete la propiedad privada no bastan, por sí solas, para garantizar la libertad de prensa en un país. Esta se ve amenazada, también, si un grupo económico pasa a controlar de manera significativamente mayoritaria los medios de comunicación escritos o audiovisuales”, aseveró.
El Nobel de Literatura recordó que eso fue lo que ocurrió en el Perú con la compra, por parte del grupo El Comercio, de los diarios del grupo Epensa, en una operación que le aseguró el control de poco menos que el 80 por ciento de la prensa escrita en el país.
"Esto ha generado un intenso debate sobre la libertad de información y de crítica, algo, me parece, sumamente útil porque el tema desborda el ámbito nacional y afecta a buena parte de los países latinoamericanos", indicó en su columna de opinión de El País de España.
Para el autor de La ciudad y los perros, ningún país democrático admite que un órgano de prensa acapare porcentajes elevados del mercado de la información, porque si lo hiciera la libertad de prensa y el derecho de crítica se verían tan radicalmente amenazados como cuando el poder político se apropia de los medios para “liberarlos de la explotación capitalista”.
Frente a ese escenario, consideró que lo mejor es recurrir a la justicia, por lo que saludó que un grupo de periodistas haya presentado una acción de amparo ante el Poder Judicial pidiendo que anule la mencionada compra, al alegar que transgrede un principio constitucional y se mostró a favor de que dicha instancia lo resuelva.
"La manera más sensata de conjurar este peligro es la que han elegido los ocho valientes periodistas que se han enfrentado al gigante: recurrir al Poder Judicial a fin de que determine si la fusión transgrede el principio constitucional contra el monopolio y el acaparamiento, como creemos muchos demócratas peruanos, o es lícita", añadió.
Este proceso, refirió, con las inevitables apelaciones, podría llegar hasta las más altas instancias judiciales e incluso al Tribunal Constitucional (TC) o a la Corte Interamericana de Derechos Humanos de San José.
"A mí me gustaría que llegara hasta allí porque ésta es una institución verdaderamente independiente y capaz, de modo que su fallo tiene más posibilidades de obtener el asentimiento de la opinión pública peruana", indicó.
Vargas Llosa se expresó, además, en contra de que la controversia sea resuelta mediante una ley como la que prepara el congresista Manuel Dammert.
"Este sería, en mi opinión, un remedio peor que la enfermedad. En vez de garantizar la diversificación informativa, pondría en manos del poder político un arma que le permitiría recortar la libertad de prensa y hasta abolirla", enfatizó.
"Una ley de prensa sólo es aceptable si ella nace del consenso de todas las fuerzas democráticas de un país, como ocurre en Estados Unidos, el Reino Unido, España o Francia, algo que, en las actuales circunstancias, en el Perú, donde la vida política está fracturada y enconada hasta extremos absurdos, jamás se produciría", añadió.
Fuente: Andina