Viernes 26 de abril 2024 | Contáctenos
Andre Schuerrle anota el primer tanto germano a los 92 minutos
Las escuadras de Alemania y Argelia escenificaron esta noche en el Estadio Beira-Rio de Porto Alegre, en el marco de octavos de final, uno de los encuentros más disputados de lo que va de este Mundial Brasil 2014. El saldo de los 120 minutos que duró el dramático partido: la victoria del cuadro teutón ante el de África del norte por 2 goles a 1.
Pensar que muy pocos otorgaban chance alguna al equipo argelino ante los tricampeones del mundo. Se equivocaron; la escuadra dirigida por el bosnio Vahid Halilhodzic se mostró desde un principio sólida frente al equipo germano, y transformó un match que teóricamente debía de ser de ida en uno de ida y vuelta. Al punto que el conjunto europeo por momentos parecía que no entendía lo que sucedía en el campo de juego.
La Alemania de Joachim Loew necesitó esta noche de mucho oficio y, por qué no decirlo, de un poco de suerte, para dar cuenta de un cuadro cuyos jugadores se multiplicaban y copaban los espacios, neutralizando el mediocampo y asfixiando a una defensa germana, que encontró en su portero Manuel Neuer al hombre que hasta el minuto 120, cuando Abdelmoumene Djabou marcó el primer y único tanto argelino, se había constituido en la muralla infranqueable para las punzantes arremetidas argelinas.
Honor para la escuadra argelina que esta noche con su juego vital y aguerrido deleitó a los 43 mil 394 espectadores que colmaron las graderías del coloso brasileño. Honor asimismo para el equipo alemán, que con mucho oficio y perseverancia supo labrar una victoria gracias a los goles anotados por Andre Schuerrle y Mesut Oezil a los 92 y 120 minutos respectivamente. Únicas dos ocasiones en las que el jugador del encuentro, el extraordinario portero argelino Rais, se resignó a ver vulnerada la portería que defendió con unos reflejos de un felino y una efectividad tan solo igualada quizás por otro grande como él en esta Copa del Mundo, el portero azteca Guillermo Ochoa.
Cuando el brasilero Sandro Ricci hizo sonar por última vez su silbato, finalizó un encuentro que constituye la prueba de lo que significa la entrega sobre un gramado cuando se viste la camiseta nacional. La imagen de un Bastian Schweinsteiger desgarrado y sufriendo dolorosos calambres, y la del capitán de la escuadra argelina, Rafik Halliche, quien fue sustituido al no poder incluso desplazarse debido a los insufribles desgarros que lo afectaban, son las pruebas, tan solo dos de muchas, de lo que significó la entrega en este partido que nos obsequiaron ambas escuadras.
El combinado de Alemania enfrentará al de Francia el viernes 4 de julio en el mítico Estadio Maracaná de Rio de Janeiro. Germanos y franceses medirán fuerzas una vez más en una Copa del Mundo. Al igual de lo que sucedió en el Mundial de España 1982 y cuatro años después, en el de México 1986: encuentros en los que los alemanes se impusieron a los franceses, dando cuenta de su permanencia en ambos torneos.
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