Viernes 26 de julio 2024 | Contáctenos
Si a usted alguien le hubiese solicitado su opinión sobre lo que debería hacer la escuadra de Holanda en el marco de su evolución en el Grupo B que compartía junto con sus similares de España, Chile y Australia, sin duda alguna usted hubiera dicho que tratase de salir lo mejor que podía del encuentro ante los campeones mundiales, y que diese luego cuenta de Chile y Australia, pero que al hacerlo hiciese bien sus cálculos a fin de evitar un encontronazo en los octavos de final con los dueños de casa, los entonces “temibles” brasileros.
Lo que son las cosas, los dirigidos por ese mago del banquillo que es el intratable Louis Van Gaal, no solo laminaron al equipo español al derrotarlo por 5 goles a 1, sino que al salir airoso y primero en su llave se enfrentó al segundo del Grupo A, México, evitando al Scratch... equipo con el que finalmente tuvieron que cruzarse y golear ayer sábado 12 de julio en el Estadio Nacional de Brasilia por 3 goles a 0. Resultado que les permitió adjudicarse el tercer lugar en este Mundial de Brasil 2014. Y dicho sea de paso, contribuir aun más en la depresión deportiva, por tan solo circunscribir las consecuencias de este resultado en la sociedad brasilera, a las decenas de millones hinchas brasileros que veían una estrella más en el pecho de las camisetas que porta todo aquel que juega por una selección brasilera a partir de la noche de este 13 de julio, luego de que Brasil se impusiese en la final...
Robin Van Persie, de tiro penal, tan solo a los 3 minutos de juego, luego de que la saeta que es Arjen Robben fuese obstaculizado nada menos por el hombre que hizo falta para evitar el 7 a 1 frente Alemania, Thiago Silva, anunció que Holanda no tomaba a la ligera este encuentro y que iba por las medallas del honor. Y que por lo tanto Brasil no solo no conseguiría el segundo puesto que había alcanzado 64 años antes, en el mundial de 1950, sino tampoco el tercero. Cosa que se encargaría 14 minutos después, a los 17’, de reafirmar el defensor Daley Blind, cuando vulneró por segunda vez la valla defendida por Julio César, luego de aprovechar un mal rechazo de cabeza de David Luiz, quien en los dos últimos encuentros estuvo con el “Santo de espaldas”.
Para cuando un desacertado Luis Felipe Scolari hizo ingresar a Hernanes, Fernandinho y Hulk, a fin de poner una escuadra a la altura que las circunstancias exigían, ya era demasiado tarde, el mejor once que Van Gaal podía disponer en esta Copa del Mundo se había afianzado defensivamente en el campo. Las inclusiones al principio de jugadores como Maxwell, William, Ramires y Jo, que no habían participado o lo habían hecho poco en este mundial, le pasaron la factura. Al punto que antes de que este Brasil juegue el último minuto en su mundial, a través de Georginio Wijnaldum, vendría el tercer y lapidario tanto holandés.
Un tanto que duele aun más, pues lo consolidó como el cuadro anfitrión que más goles ha encajado en la historia de los mundiales.
Cargando...