Jueves 25 de abril 2024 | Contáctenos
Brasil dio cuenta de las ilusiones de toda Colombia al derrotar a la escuadra dirigida por José Pekerman por 2 goles a 1 en el Estadio Castelao de Fortaleza, en un encuentro en el que se disputaba el ticket de acceso a la semifinal frente a la escuadra de Alemania, que poco antes había derrotado a su similar de Francia y había enviado de regreso a casa a los dirigidos por el ex campeón del mundo Didier Deschamps.
En un match cuyas acciones constituyeron la otra cara de la moneda si de comparar con las que caracterizaron a las del encuentro entre germanos y franceses se trata, colombianos y brasileños escenificaron un partido en el que el Scratch, a sabiendas de que tenía a uno de los equipos con mayores niveles de creatividad en los gramados mundialistas, salió decidido a asfixiar al combinado liderado por ese del balompié que es James Rodríguez, quién se despidió del mundial carioca en sollozos presa de la emoción, no sin antes marcar, de tiro penal, su sexto tanto a los 80 minutos de juego.
Pensar que cuando David Luiz, la flamante contratación del Paris Saint Germain, marcó a los 69 minutos, de soberbio disparo de tiro libre, el segundo tanto carioca, pocos pensaban que la escuadra colombiana iría luego, tan solo 11 minutos después, a plantearle problemas de envergadura a los dirigidos por Luis Felipe Scolari, que una vez más mostraron que si el Brasil de 2014 quiere conseguir algo de valía en su Copa del Mundo, y para ellos esto no es otra cosa que el título de campeones, su camino es uno de “sangre, sudor y lágrimas”.
La prueba: No solo la obligada ausencia el martes 8 de julio en el match ante Alemania, por acumulación de tarjetas, del autor, a los 7 minutos, del primer tanto carioca, el capitán Thiago Silva, sino también la de Neymar Jr., quien a los 86 minutos, tras recibir un golpe de rodilla propinado por el defensa lateral colombiano juan Zuñiga, se desplomó y tuvo que ser retirado en camilla del campo de juego, y de ahí ser conducido en toda urgencia al Hospital Sao Carlos de Fortaleza, donde poco después, luego de realizarse una tomografía, le diagnosticaron una fractura en la tercera vertebra y la imposibilidad de proseguir en lo que resta del Mundial Brasil 2014.
Así es el fútbol. Un encuentro que se debería haber saldado con una victoria brasilera acorde con el buen desempeño que había mostrado en la mayor parte del encuentro la escuadra local, donde la figura de Neymar Jr., sin duda siempre gravitante, se hizo olvidar dada la cadenciade juego de equipo que impusieron los auriverdes hasta el momento en el que sus fuerzas comenzaron a flaquear, se transformó en una suerte de agonía. En una lucha contra el reloj ante una escuadra colombiana que no teniendo ya nada que perder se lanzó con furia, con más pasión que estrategia, al ataque a fin de vulnerar el arco defendido por Julio César, quien, cuando cometió la falta dentro del área, mereció la expulsión en lugar de la simple tarjeta amarilla que el colegiado internacional español Velasco Carballo, de mediocre performance, le impuso como sanción personal.
Para cuando Velasco Carballo hizo sonar por última vez su silbato luego de finalizados los 5 minutos que el cuarto referee le señaló que había que añadir a los noventa que venían de concluir, había terminado el partido que le costó el sueño a los colombianos que desconsolados lloraban quebrados por la decepción una derrota cuyo precio era el alejamiento definitivo de los gramados cariocas. Un encuentro que ha puesto asimismo en duda las capacidades reales de este Brasil de 2014 que ante la pragmática y eficiente escuadra alemana tendrá que mostrar que es mucho más de lo que mostró ante Colombia. La escuadra de Scolari tiene la oportunidad de mostrar que es por fin un verdadero equipo...
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