Estados Unidos, acompañado de cinco naciones árabes, comenzó inició los ataques en contra de los principales bastiones del Estado Islámico (EI) en Siria. El Pentágono informó que más de 150 bombas de precisión fueron lanzadas por destructores, cazas y bombarderos. Los ataques, catalogados de “efectivos” por el contraalmirante John Kirby, portavoz del Departamento de Defensa, constituyen el inicio de una arremetida de envergadura en contra de la organización yihadista en Siria. Puntos estratégicos de la ciudad de Raqqa, bastión del EI en territorio sirio, fueron el objetivo.
Baréin, Jordania, Arabia Saudí, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos participaron en la ofensiva que consistió en el lanzamiento, entre otras armas de destrucción, de 47 misiles Tomahawk desde los destructores USS Arleigh Burke y el USS Philippine Sea, que operan en aguas internacionales en el Mar Rojo y el Golfo Pérsico Norte, en el marco de los ataques anunciados desde hacía tres días por el presidente Barack Obama. Una arremetida orientada a dar cuenta del avance del Estado Islámico en Siria, una presencia que ha permitido fortalecerse al grupo yihadista.
En total, fueron 14 rondas de ataques las llevadas a cabo por las fuerzas de Estados Unidos y sus aliados. Las acciones de Estados Unidos y otras potencias, como Francia, se habían enfocado hasta este momento en Irak, país donde el Estado Islámico también despliega acciones. Los ataques destruyeron o dañaron múltiples objetivos del Ejército Islámico en las vecindades de Al Raqa, pero también en Deir al Zur, Al Hasaka y Albu Kamal, según informó el alto mando de la defensa norteamericana, dando cuenta asimismo que en los ataques participaron cazas de la Armada (Navy), Fuerza Aérea, y el Cuerpo de Marines, entre ellos los modernos F-22 Raptor, drones y al menos un bombardero.