Más de 900 franceses formarían parte de las filas del Estado Islámico

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La muerte anunciada, hace dos días, por decapitación en Argelia del guía de montaña francés Hervé Gourdel ha puesto en evidencia las consecuencias que trae consigo la participación de la fuerza aérea gala en los bombardeos en contra de las bases de la organización yihadista Estado islámico en Irak. Una participación en la coalición, liderada militarmente por los EEUU, orientada a derrotar y erradicar a los miles de yihadistas que siembran el terror e imponen su ley con el propósito de establecer un califato, traducción del Estado Islámico.

Otro tema que ha sido señalado desde hace varias semanas, una arista adicional del problema que plantea la dinámica del Estado Islámico, concierne a la presencia de ciudadanos franceses en las filas de esta organización. Las cifras reveladas por el ministro del interior francés Bernard Cazeneuve permiten tener una idea sobre la dimensión del problema: más de 932 ciudadanos franceses están involucrados en acciones de diferente tipo llevadas a cabo por la organización yihadista.

Un incremento en más de 380 en relación a las 555 personas que evolucionaban en las filas del grupo yihadista al 1ero de enero de este año. Entonces, del total de implicados, 224 participaban en acciones de combate; cifra inferior a la de 350 que hoy toman parte en acciones bélicas, entre ellas 63 mujeres. E incluso 6 menores de edad. Guarismo, según el encargado del portafolio del interior francés, que hubiese podido ser mayor, de no ser por las medidas que se implementaron a fin de impedir durante el verano septentrional la partida de franceses hacia Siria.

Datos importantes, sobre todo si se sabe que los efectivos de origen extranjero representan el 10 por ciento del total de los combatientes del Estado Islámico. Y que el total de los extranjeros presentes en las filas de la organización yihadista, 2 mil, poco menos de la mitad son de origen francés.