Diez años después de su primera elección a la presidencia de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), Nicolas Sarkozy ha vuelto a convertirse este sábado 29 de noviembre en el hombre fuerte de este partido de la derecha francesa. Ha sido elegido presidente obteniendo el 64,5 por ciento de los votos en un acto de sufragio en el que el porcentaje de participación fue del 58,1 por ciento.
A más de 35 puntos porcentuales de distancia, con 29,18 por ciento, quedó el diputado Bruno Le Maire, en esta elección en la que este puro producto de la meritocracia francesa (Escuela Normal Superior -ENS, Instituto de Estudios Políticos de París y Escuela Nacional de Administración-ENA) no descartaba una segunda vuelta frente a Nicolas Sarkozy en el marco de esta elección. Muy lejos, con tan solo el 6,32 por ciento de los votos, quedó el diputado Hervé Mariton.
Nicolas Sarkozy sucede de esa manera al triunvirato Juppé-Fillon-Raffarin que estuvo a cargo del partido de este agrupación de la derecha francesa desde que en la primavera septentrional Jean-François Copé se vio obligado a alejarse de la presidencia. La primera vez que el expresidente se hizo de las riendas del partido fue hace 10 años, en 2004, con un escore en más de 20 puntos porcentuales superior, 85 por ciento, al que consiguió en esta elección.
Nicolas Sarkozy esperaba conseguir como mínimo un 70 por ciento del apoyo de los 268.336 electores registrados en los padrones del UMP, un resultado que le habría permitido contar con un margen de maniobra más amplio, de miras a la elección presidencial de 2017, a la hora de reformar, tal como lo propuso, en profundidad su formación política y posicionarse de esa manera en primera línea de cara a la lucha política que tiene por delante, en la que tendrá que dar cuenta, por una parte, de Alain Juppé, favorito en las encuestas, y por la otra de su exprimer ministro Francois Fillon, convertido hoy en un encarnizado adversario.