El documento de la Unesco que declara Patrimonio Mundial al Centro Histórico de Lima en el año 1991, insta a las autoridades del Gobierno y de la Municipalidad Metropolitana de Lima a preservar y cuidar dicho patrimonio para el beneficio de la humanidad y con la finalidad de conservar esa importante distinción.
El documento, firmado por el director general de Unesco en diciembre de ese año, indica que la inclusión a la lista de Patrimonio Mundial “confirma el valor excepcional y universal de un sitio cultural o natural que debe ser protegido”.
Por esta razón, la Municipalidad Metropolitana de Lima reafirma su decisión de protección y conservación del valor histórico, arquitectónico y urbanístico del Centro Histórico de la capital, en cumplimiento del compromiso asumido con la organización internacional.
Precisa que el reconocimiento del Centro Histórico de Lima como Patrimonio Mundial le otorga un carácter único, en cuanto a su condición de identidad singular y auténtica por lo que toda inclusión a su edilicia no debe ser en ningún caso intrusiva, sino contextual, orientada a reforzar el carácter histórico de este importante sector de la ciudad.
Con este merecido reconocimiento, el Centro Histórico de Lima, se equipara con Machu Picchu y Chan Chan, y por tanto, sus valores singulares obligan al Gobierno Peruano y a la Municipalidad Metropolitana de Lima a tener como marco de actuación la Ordenanza N° 062 que regula la administración del Centro Histórico de Lima.
En ese sentido, la actual gestión municipal considera que toda incursión que afecte o vulnere la expresión excepcional, universal y auténtica del Centro Histórico de Lima con otras expresiones culturales que pueden ser representadas, sin limitación alguna, deben realizarse en cualquier otro lugar de la ciudad.
Informe anual
Cabe señalar, que la distinción de la Unesco compromete a la Municipalidad de Lima a informar anualmente y de manera obligatoria sobre las intervenciones en el Centro Histórico de Lima y las actuaciones en materia de la defensa y protección del Patrimonio. Sin embargo, en el año 2014, la anterior gestión no elevó a la UNESCO el informe correspondiente a ese año sobre dicha labor.
Coincidentemente, ese año la administración anterior contrató los servicios del activista del MOVADEF -organización vinculada ideológicamente a Sendero Luminoso-, Olfer Vladimir Leonardo Fernández, para que pinte murales en el Centro Histórico de Lima, recibiendo a cambio cerca de 7 mil soles.
Este hecho revela que la anterior gestión no llegó a tomar conciencia del gran valor que para la humanidad representa el Centro Histórico de Lima y su inscripción en la lista del patrimonio Mundial, que confirmó su valor excepcional y universal por el que debe ser protegido para el beneficio de la humanidad.