La ciudad fue escenario del primer bombardeo atómico de la historia, el 6 de agosto de 1945, en el final de la Segunda Guerra Mundial, por el bombardero estadounidense Enola Gay, ordenado por el presidente Harry Truman. Este acto bélico, cuyo objetivo fue la rendición rápida e incondicional de Japón a los Estados Unidos, produjo la muerte de alrededor de 140.000 japoneses, en su casi totalidad civiles, dejando un saldo de casi 360.000 heridos, entre los cuales gran cantidad presenta variaciones y mutaciones genéticas debido a la radiación a la cual estuvieron expuestos. Los percances biológicos y anatómicos, por tanto, persisten hasta nuestros días dentro de la población japonesa.
La adelfa es la flor oficial de la ciudad de Hiroshima, ya que fue la primera en florecer de nuevo después de la explosión de la bomba atómica en 1945.
La devastación fue seguida de la rápida conclusión de la Segunda Guerra Mundial. Ha grabado a fuego en la memoria colectiva mundial - ningún otro momento en la historia un arma nuclear se ha utilizado en la guerra. El simple hecho de impresionante poder de la bomba atómica fue a dar forma a medio siglo de la geopolítica de la Guerra Fría.
La justificación de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki sigue siendo la fuente de estudio histórico perenne y debate. Cuando se cumplen 70 años de los acontecimientos 'de esta semana, el legado de lo que se desató primero por encima de Hiroshima ahora se cierne sobre las conversaciones más recientes sobre el desarme y los programas nucleares de las potencias emergentes.