La cantidad de cobre necesaria para la salud del organismo no supera entre los 50 a 120 miligramos. Exactamente el tamaño de la cabeza de un alfiler, una diminuta cantidad que no impide que este poderoso mineral lleve a cabo impresionantes proezas para promover una salud óptima.
Cobre y el corazón
Un estudio realizado en 2008 por investigadores del Centro Médico de la Universidad de Louisville, Estados Unidos, concluyó que las dietas altas en cobre pueden ayudar a tratar enfermedades que afectan al corazón y músculos, tales como la hipertrofia cardíaca (cuando el corazón se agranda producto de una enfermedad o de alta presión sanguínea). Aunque es necesario desarrollar estas investigaciones de manera controlada en humanos para conocer sus efectos.
Según el Dr. Manuel Olivares, médico titular del Laboratorio de Micronutrientes del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile, “el cobre contribuye a mejorar la elasticidad de los vasos sanguíneos, que permiten mantener un nivel de presión sanguínea apropiado. La aorta –principal arteria que sale del corazón y la mayor del cuerpo humano- no puede funcionar correctamente si la estructura elástica está debilitada. También la carencia de cobre altera la capacidad de relajación de los músculos de las arterias, lo que es otro factor que contribuye a la hipertensión arterial. Puesto que el cobre es necesario para que el tono y la función muscular estén en perfecto estado, no se puede negar la importancia vital que desempeña el cobre en el corazón”.
Es importante saber que cuando nos falta cobre aumenta el colesterol en sangre lo que favorece la formación de placas de colesterol en la pared de los vasos sanguíneos, “las que cuando afectan a las arterias coronarias causan un infarto del miocardio”, indica el Dr. Olivares.
¿Cómo obtiene cobre el cuerpo?
Según explica el Olivares, “el cuerpo no puede fabricar cobre, de modo que uno debe obtenerlo de los alimentos o suplementos dietéticos. El cobre está disponible en una amplia variedad de alimentos frescos y ligeramente procesados. Las personas deben depender de los alimentos con alto contenido de cobre como parte de una dieta balanceada para obtener la dosis que necesitan”.
Los alimentos que contienen las mayores concentraciones de cobre incluyen los granos, como el cereal de grano entero y el pan de trigo entero; legumbres, como los frejoles, también el maní; nueces de árboles y semillas, como las almendras y semillas de girasol; ostras; hígado y riñón; y chocolate. Típicamente, los suplementos multivitamínicos / multiminerales también aportan cobre. Las personas que dependen de los suplementos dietéticos deben tomar píldoras que no contengan más del 100% de la ingesta diaria recomendada de cobre y otras vitaminas y minerales.
Cobre: ¿no lo suficiente?, ¿demasiado?
Según comenta el facultativo, “la carencia de cobre puede producir diversas manifestaciones indeseadas. La más frecuente es la anemia, disminución de los glóbulos blancos, menor mineralización de los huesos. También puede disminuir la velocidad de crecimiento en los niños, disminuir las defensas, producir hipertensión, aumentar la glucosa y colesterol sanguíneo”.