Jueves 25 de abril 2024 | Contáctenos
La gerencia de Estudios Económicos de la Asociación de Exportadores (ADEX), informó que la decisión de elevar la tasa de interés de referencia de 0.25% a 0.5% por parte de la Reserva Federal (FED) de Estados Unidos, tiene dos lecturas importantes para el sector exportador peruano.
La lectura positiva es que esta dedición de la FED es una confirmación de la recuperación de la economía norteamericana y del consecuente proceso de normalización de la economía global en la que los capitales financieros se empiezan a sentir más seguros y a reducir sus acciones especulativas que han causado mucha inestabilidad en el valor de las monedas.
La lectura preocupante es que este retorno a la normalidad tiene componentes perjudiciales para las exportaciones peruanas. Primero, observamos que Estados Unidos se ha vuelto un país menos importador, por eso, aunque crece, compra menos.
Segundo, el valor de las monedas se ha desajustado. Hay países como Colombia que ya ha devaluado hasta 40% en lo que va del año. Brasil y varias economías emergentes del Asia están sufriendo una salida de capitales que eleva el valor de sus monedas. Nuestra moneda se ha devaluado relativamente poco en comparación con estos países; en consecuencia, nuestras exportaciones están siendo golpeadas fuertemente por competidores que han bajado sus precios gracias a la devaluación de sus monedas.
Tercero, las economías emergentes del Asia y las de Latinoamérica, tienden a desacelerarse más debido a la salida de capitales. Ello significa la contracción de mercados importantes para nuestros productos no tradicionales.
Finalmente, se va a producir un encarecimiento del crédito, tanto el crédito de fuentes extranjeras, como el de fuentes nacionales, ya que el BCR peruano también subió su tasa de interés.
En resumen, la economía peruana es como un avión que pierde altura y, además, enfrenta fuertes turbulencias. Los pilotos del MEF y del BCR deberán contar con un protocolo de crisis para cuidar que los daños en la economía peruana no sean graves ni irreparables.
Es urgente que, además de mirar los indicadores macro, nuestras autoridades económicas hagan un minucioso control de daños en el aspecto sectorial y microeconómico para evitar que se produzcan sucesos como quiebra de empresas o pérdida de empleo que desencadenen otros factores negativos.
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