Domingo 05 de mayo 2024 | Contáctenos
Keith Richards, el histórico guitarrista de los Rolling Stones y creador de muchos éxitos de la banda junto con Mick Jagger, llega a Lima en marzo para una presentación muy esperada. Pocos saben, sin embargo, que el “riffmeister” de los Stones lidia desde hace años con un enemigo que pretende sabotear su larga carrera. Ese enemigo es la osteoartritis.
Desde fines de la década del 60 ya Richards mostraba los primeros signos de la enfermedad que lo afecta precisamente en las manos. El tipo de dolencia que presenta se denomina Osteoartritis Nodal, pues inflama las articulaciones más cercanas a la uña formando un “nodo” duro y con apariencia huesuda, que es muy doloroso cuando recién se forma. Como resultado, las articulaciones se vuelven rígidas, un inconveniente al parecer insalvable para tocar un instrumento como la guitarra que exige fuerza y destreza en los dedos de ambas manos.
Pero el buen Keith no se dio por vencido. Muy joven aun decidió cambiar a una guitarra de cinco cuerdas (en lugar de seis) y a usar la afinación abierta en lugar de la cerrada (esta última exige usar más la mano izquierda).
¿Qué tipo de artritis padece Richards?
Existen cien variedades de artritis, de las cuales la osteoartritis que padece Keith Richards es el tipo más común. Las causas de la artritis pueden ser muchas, y van desde una infección adquirida hasta el desgaste natural. Se dice que las horas de ensayo le han pasado esta factura al guitarrista de los Stones, pero no hay evidencia científica de que tocar un instrumento sea perjudicial para las articulaciones. Las causas deben buscarse en otro lado.
La artritis reumatoide es otra variedad de la artritis. Es una enfermedad autoinmune, lo cual quiere decir que es causada por una reacción exagerada del sistema inmunitario, que termina atacando a las células de su propio organismo.
Se caracteriza por la inflamación y dolor en las articulaciones, generalmente en codos, muñecas, rodillas, tobillos, hombros y dedos. Esto reduce el rango de movimiento y puede llegar a destruir las articulaciones de forma permanente. Si no es tratada a tiempo, puede reducir la esperanza de vida del paciente entre 3 y 15 años.
Vivir sin dolor
El diagnóstico temprano de la enfermedad, por ello, es clave. Los tratamientos disponibles van desde los tradicionales, que sólo ayudan a reducir los síntomas, hasta las terapias biológicas, que actúan directamente sobre el sistema inmunológico y constituyen el mayor avance en esta área en los últimos veinte años, pues permiten a numerosas personas la oportunidad de llevar una vida normal, sin dolor y deteniendo el daño articular.
Cuando Keith Richards suba al escenario en Lima el próximo 6 de marzo, veremos en él no solo al extraordinario músico y puntal de una de las bandas más antiguas y trajinadas del rock, sino también una historia de perseverancia y voluntad para enfrentar un mal que podría haberlo sacado de carrera hace mucho tiempo. Su amor por la música pudo más que todo.
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