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Sábado 04 de junio 2016

Mohamed Ali, «El más grande boxeador de todos los tiempos», ha muerto

Este viernes 3 de junio, en Phoenix, Arizona, Mohamed Ali dejó de existir a la a la edad de 74 años. Tres veces campeón del mundo, reinó en la edad de oro de los pesos pesados.
Mohamed Ali, «El más grande boxeador de todos los tiempos», ha muerto
Foto: Le Figaro

El gran Mohamed Alí, el más grande boxeador de todos los tiempos

La leyenda viva del boxeo mundial, Mohamed Alí, murió este viernes 3 de mayo en Phoenix a la edad de 74 años. Alí, quien se encontraba hospitalizado desde el jueves pasado debido a problemas respiratorios, tres veces campeón del mundo, falleció este viernes 4 de mayo por la noche. El Mal de Parkinson que lo aquejaba desde hace tres décadas dio finalmente cuenta de la vida de quien fue tres veces campeón del mundo de boxeo en la categoría de todos los pesos.

Mohammed Alí, cuyo nombre de origen fue Cassius Clay, hijo de una modesta familia, creció en Louisville, una ciudad industrial de Kentucky, un estado desgarrado por la segregación racial. Alí, hombre que forjó su leyenda por lo que hizo fuera del ring, se sintió desde muy tierno más cómodo en un cuadrilátero que en un salón de clases. El ring era su espacio natural. La prueba: ganó en 1959 el prestigioso torneo Guantes de Oro a la edad de 17. Y al año siguiente, en las Olimpiadas de Roma, superando el miedo que le suscitaba viajar en avión, ganó la medalla de oro en la categoría de los semi-pesados.

Fue de la mano de Angelo Dundee, su manager de siempre, que, luego de más de cien combates como amateur, Mohamed Alí, un fenómeno a todas luces del boxeo, se convierte en boxeador profesional. No pasaría muchos tiempo para que su espectacular juego de piernas y su incomparable arte para esquivar le permitiesen a Mohammed Alí, entonces Cassius Clay, ascender en la categoría de los pesos pesados. Al punto que tras cuatro peleas, dio cuenta nada menos que de Ingemar Johansson, ex campeón mundial de la categoría. De Archie Moore, ex campeón del mundo de los semi-pesados, en 1962. Y un año más tarde, de Henry Cooper en Wembley. Con lo que abrió el camino para enfrentar nada menos que al entonces temible Sonny Liston.

Y cuando muchos, por no decir todos, pensaban que Sonny Liston le cerraría la boca y lo mandaría a la lona en un abrir y cerrar de ojos, el 25 de febrero de 1964, Mohamed Alí, tras propinarle una soberana paliza al entonces campeón mundial de los super pesados, lo obligó a abandonar. A Liston no le quedó más remedio, dada la superioridad de quien tenía al frente, de apelar a una lesión en la espalda y admitir su derrota. La victoria de Alí trajo entonces abajo los pronósticos (las apuestas daban 7 contra 1 a favor de Sonny Liston). “Yo soy el más grande... he sorprendido a todo el mundo”, diría poco después ante la prensa un exultante Mohamed Alí.

Fue después de obtener ese título que se produjo la conversión de Cassius Clay al Islam y la sustitución de su nombre de origen por el de Mohamed Alí. Se le pudo ver entonces al lado de Malcom X y de Elijah Muhammad, líderes de la nación islámica, quienes promovían la separación de las razas. Algo que, junto con sus declaraciones en torno a la guerra de Vietnam –“Yo no tengo nada contra el Viercong, ningún vietnamita me ha tratado de negro” – y su rechazo a servir en el ejercito de los EE.UU., lo llevarían a perder el título mundial. Y lo forzarían a alejarse de los cuadriláteros por un periodo de tres años.

Sin embargo, a pesar de estar condenado a cinco años de prisión, Mohamed Alí se mantuvo en libertad. Y tuvo que esperar hasta 1970 para que la Corte Suprema de los EE.UU. dictaminase a su favor y pueda tener la luz verde para regresar al boxeo. Lo que lo llevaría, el 8 de marzo de 1971, a medirse con Joe Frazier, entonces campeón mundial de la categoria, en un combate que constituiría la primera derrota de Alí. La noche de ese segundo lunes de marzo de 1971, en el mítico Madison Square Garden de Nueva York, Mohamed Alí estuvo a punto de perder por KO en el decimo quinto asalto.

Para recuperar su título, Mohamed Alí tuvo que cruzar el desierto boxístico durante más de tres años. La oportunidad la tendría el miércoles 30 de octubre de 1974, en la ciudad de Kinshasa, en Zaire, frente a la mole humana que era George Foreman, campeón del mundo de la categoría. En la pelea que constituiría la cima de su carrera pugilística, en el ocvtavo asalto, Alí dio cuenta de Foreman, que, extenuado a más no poder, fue a parar a la lona luego de recibir una andanada de golpes provenientes de la fiera humana que tenía enfrente.

Un año más tarde, el 1ero de octubre de 1975, en Manila, luego de la revancha que le fue favorable en el segundo combate contra Joe Frazier (28 de enero de 1974), Alí se mediría por tercera y última vez con Joe Frazier. El triunfo le sería a Alí una vez más favorable en un combate en el que ambos boxeadores dieron, con una fiereza inusitada incluso en un deporte rudo, por no decir brutal, como es el boxeo, todo de sí. Luego de esta pelea, la pendiente de Alí en el deporte de los puños sería la descendente. Nunca más sería el mismo.

Ni el 15 de septiembre de 1978, cuando recuperó su título frente a Leon Spinks, quien lo había destronado siete meses antes, el 15 de febrero del mismo año. Menos aún cuando le tocó medirse, el 2 de octubre de 1980, con Larry Holmes, y Alí, ante los ojos del mundo no era ni la sombra de lo que había sido. Un año más tarde, el 11 de diciembre de 1981, en Nassau, la pelea contra el futuro campeón Trevor Berbick, denominada El Drama de Las Bahamas, constituiría la última pelea del otrora gran campeón. Tres años más tarde, en 1984, los primeros síntomas del Mal de Parkison se comenzarían a notar. Un mal que finalmente dio cuenta de él, la noche de ayer viernes 3 de junio.

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