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La 21ª Feria Internacional del Libro de Lima, comprometida con presentar una oferta cultural de primer nivel y con los mejores exponentes de la literatura mundial, ha hecho posible la visita a Lima del Premio Nobel de Literatura 2008, Jean-Marie Gustave Le Clézio, quien conversará acerca de su obra el sábado 16 de julio, firmará libros el domingo 17 y tendrá un conversatorio sobre viajes el lunes 18.
Desde que el niño Jean-Marie Gustave Le Clézio (Niza, 1940) empezó a escribir, siempre fue fiel a sus sueños y recuerdos. Vivió una época marcada por la Segunda Guerra Mundial y su imaginación se convirtió en la trinchera de su ternura. Testimonio de ello, son los relatos y novelas que ha construido a lo largo de su carrera literaria, una obra narrativa marcada por los viajes que ha realizado alrededor del mundo, sobre todo, por Europa, África del Norte y Asia. Sus largas estadías en México, cerca de 12 años, también marcaron las rutas de su imaginario y la magia de su prosa. Su afán por descubrir los secretos de la historia y la vida mexicana, lo llevaron primero a vivir en la capital del país y luego en Yucatán.Después estuvo en Zamora, donde fue profesor e investigador invitado por El Colegio de Michoacán y,luego, en Angahuan, cerca del Paricutín, razones por la cual maneja con tal naturalidad el idioma castellano.
Le Clézio abrirá su participación en la 21ª Feria Internacional del Libro de Lima conversando, acerca de su trabajo literario, con Alonso Cueto como interlocutor, en un evento titulado Vida y obra de JMG Le Clézio, el cual se realizará en el auditorio Blanca Varela-Fundación BBVA Continental, el sábado 16 de julio a las 7 p.m.
La quintaesencia de un escritor notable como Le Clézio son sus lectores. Atendiendo a esa premisa, el Premio Nobel de Literatura 2008 realizará el domingo 17 de julio a las 7 p.m. una firma de libros, momento en el que además compartirá un momento con sus seguidores, y con quienes deseen acercarse a su obra en el Salón de firmas de la Feria Internacional del Libro de Lima.
El lunes 18 a las 7 p.m. en el auditorio César Vallejo, el autor de El africano brindará, junto a Fernando Carvalho el conversatorio Literatura y viajes, título que bien resume sus dos pasiones. En esta mesa, Le Clézio contará sus impresiones y experiencias durante su visita a lugares inhóspitos en una época en la que pocos podían hacerlo.
Ejemplo de estas travesías son relatadas es su novela El buscador de oro, en la cual narra la aventura vital de Alexis L’Étang, natural de Isla Mauricio, quien cuenta en su diario, fechado de 1892 a 1922, la intrépida búsqueda del tesoro de un corsario del siglo XVII. El personaje, supuestamente enterrado en Rodrigues, una de las cinco islas Mascareñas, convierte esta búsqueda en la empresa y la obsesión de su vida. Durante su vívida prosa de cautivadora belleza, intrépida y aventurera, el tesoro va tomando la magnitud del jardín del Edén que rodea el hogar de su infancia, los sueños de aventuras, el paisaje mineral de la isla. L´Étang descubre, poco a poco,la íntima relación entre los elementos revelados en el curso de su exploración y, gracias al enigmático corsario, conseguirá descifrar el nuevo universo mágico que lo rodea.
Le Clézio y la naturaleza humana
El Nobel de Literatura del 2008 cuenta en sus libros historias sencillas con mensajes profundos, intensos y complejos. Esto le ha valido, además del Premio Renaudot que obtuvo con apenas 23 años por su obra El atestado, el prestigioso Premio Paul Morand de la Academia Francesa por el conjunto de su obra. Una encuesta entre los lectores de la revista francesa Lirelo consideró en 1994, como “el escritor francófono vivo más importante”.
“Siento desesperación al ver que el mundo se está reduciendo, en lugar de expandirse, de aumentar su volumen. Hay bombardeos por todos lados. Hay niños y adultos que se mueren a cada momento. Ahora mismo, mientras usted y yo hablamos, hay gente que está muriéndose en alguna parte del mundo por culpa de las guerras, de ataques”, sostuvo Le Clézio en una entrevista con la BBC de Londres. Su entrega y compromiso con la vida, su preocupación por la humanidad, el complejo y profundo devenir de su naturaleza, se delata en la virtuosa El diluvio, o en las novelas La guerra y El africano, así como sus artículos y ensayos sobre la guerra en Medio Oriente y su suspicaz visión de la violencia en África. Sobre los conflictos en Siria, dijo para el mismo medio británico, que las guerras “no son más que la imposibilidad de las poblaciones pobres de entrar en los países ricos. Significan la desconfianza que tienen las naciones desarrolladas por las poblaciones pobres y en condiciones de necesidad. Es trágico que se construyan murallas, porque la naturaleza humana es de abolir las murallas”.
Sobre la gesta de El africano, el autor cuenta: “Todo ser humano es el resultado de un padre y de una madre. Se puede no reconocerlos, no quererlos, se puede dudar de ellos. Pero están allí, con su cara, sus actitudes, sus modales y sus manías, sus ilusiones, sus esperanzas, la forma de sus manos y de los dedos del pie, el color de sus ojos y de su pelo, de su manera de hablar, sus pensamientos, probablemente, la edad de su muerte, todo esto ha pasado a nosotros”, refiere. “Durante mucho tiempo, imaginé que mi madre era negra. Me había inventado una historia, un pasado, para huir de la realidad a mi regreso desde África a Francia, donde no conocía a nadie. Más tarde descubrí, cuando mi padre volvió a vivir con nosotros en Francia, que el africano era él. Fue difícil admitirlo. Debí retroceder, recomenzar, tratar de comprender”.
Dueño de una curiosidad infantil, dio vida en relatos como Mondo y otras historias, a personajes que albergaban al pequeño joven que está en tránsito y a punto de conocer las certidumbres e incertidumbres de la existencia. Lullaby, la viajera; Jon, Juba el sabio; Daniel Simbad, que no ha visto jamás el mar, pero fantaseaba con él; Alia, Pequeña Cruz y tantos otros, nos son presentados como niños-adultos o adultos-niños. Ellos encienden la pasión del lector y lo guían y fuerzan a atravesar, como señala la posdata del libro mencionado, “las tristes opacidades de un universo donde el deseo muere. Nos fascinan por su fuerza de voluntad tranquila, soberana, acorde con el silencio de los elementos reencontrados”.
Jean-Marie Le Clézio también desarrolló una intensa labor académica que le llevó por diversas universidades de Bristol, Londres, Perpiñán, Bangkok, México, Boston, Austin y Albuquerque.México caló de una manera especial al escritor. De esa experiencia, toma además paisajes de ensueño y también una dura crítica hacia América Latina: “más que un continente, son dos. No hay unidad política. Tiene una historia común, un lenguaje común, pero muchas variedades políticas. La situación de cada país es diferente. México, por ejemplo, está padeciendo una época muy mala en su historia por la inseguridad interna”.
Sobre el continente asiático, también habría escrito. “Varias veces dejé de escribir. Durante la época de la guerra de Vietnam era para mí imposible escribir. Me sentía paralizado por lo que pasaba. Estaba en Tailandia en aquel momento y la guerra estaba muy cerca. Y, después, durante la primera guerra del Golfo Pérsico, también se secó completamente mi inspiración”, sostuvo.No obstante, la condición humana y su degeneración, Le Clézio asume su voluntad férrea para seguir escribiendo, llevar su mensaje y nos sigue cautivando con lo que definitivamente perdurará en el tiempo: su obra.
En síntesis:
Le Clézio en la FIL-Lima 2016
Sábado 16 de julio / 19:00 – 19:45
Auditorio Blanca Varela
Presentación del Premio Nobel 2008 Jean-Marie Gustave Le Clézio. Conversación con Alonso Cueto.
Domingo 17 de julio / 19:00 – 20:00
Salón de firmas
Firma de libros del Premio Nobel de Literatura 2008, Jean-Marie Gustave Le Clézio.
Lunes 18 de julio / 19:00 – 19:45
Auditorio César Vallejo
Conversatorio: «Literatura y Viaje» Participan: J.M.G. Le Clézio y Fernando Carvalho. Organiza: Embajada de Francia y Cámara Peruana del Libro.
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