Desde que entró en vigencia la normatividad para la implementación de la facturación electrónica en el país a través de las listas de obligatoriedad, en el año 2014, nuestro país ha ido escalando progresivamente; prueba de ello, es el informe publicado este año por la consultora suiza Billentis, experta en análisis de mercado, que lista al Perú como uno de los países con mayor avance en Latinoamérica, junto a Chile, México y Brasil.
En lo que va del año, se han emitido un total de 31 millones de facturas electrónicas, y a marzo, la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (SUNAT), cuenta con 35,332 emisores de facturas electrónicas.
Oportunidades de mejora
La iniciativa gubernamental ha creado definitivamente un nuevo y mejor escenario de cara a los procesos de formalización e implementación de la factura electrónica en nuestro país, y además los analistas internacionales nos ubican como uno de los países con mejor performance. Sin embargo, para Alonso Rejas, CEO de Esdinamico Peru, hay temas por atender para que dichos objetivos no se vean interrumpidos.
“Para seguir avanzando con las reformas que nos están dando buenos resultados en la región, es de suma importancia mejorar los servicios de la plataforma de SUNAT, puesto que la gestión de comprobantes de pago no ha estado funcionando óptimamente y esto ha causado problemas tanto a los usuarios, como a las empresas certificadas para brindar servicios en el mercado”, señaló el especialista.
Sumada a esa oportunidad de mejora, Rejas indica que la falta de comunicación también jugó en contra del cambio a la facturación electrónica. “Hay mucha desinformación en el mercado, y eso trae miedo al cambio. Las listas de obligatoriedad al inicio tuvieron poca acogida. Todo obedece a la falta de comunicación entre la administración tributaria y el mercado. No conocen ventajas ni procedimientos básicos”, mencionó.
Agregó que también “el continuo cambio de las normativas por parte de la SUNAT ha generado solo confusión. Al inicio propusieron certificar a las empresas para proveer los servicios de facturación electrónica, luego dijeron que el producto era muy caro y pusieron a disposición de las empresas una herramienta gratuita para las empresas, la cual funcionó muy mal y desalentó a la inversión privada. Toda esta inestabilidad jurídica podría perjudicar notablemente la reforma tributaria y los grandes avances, y es importante que en este nuevo escenario no se vuelva a cometer los mismos errores”.