Viernes 09 de mayo 2025 | Contáctenos
Uno fue derribado por un cañón de agua. Otro fue empujado hacia un desagüe. La mayoría han sido rociados con pimienta, con gases lacrimógenos, golpeados y heridos con perdigones. Un grupo de jóvenes legisladores venezolanos ha subido a la prominencia en la violenta línea de frente de las marchas anti-gobierno que han sacudido al país sudamericano durante tres meses, lo que ha provocado más de 70 muertes. En las calles diariamente los principales manifestantes, empujan las barricadas de seguridad y, a veces recogen bombas de gas lacrimógeno para lanzar de nuevo a la policía y los soldados, los miembros de la Asamblea Nacional son héroes de muchos partidarios de la oposición. Pero para el gobierno socialista del presidente Nicolas Maduro, son los principales "terroristas" de un complot golpista dirigido a controlar la vasta riqueza petrolera de la nación de la OPEP.
La docena de legisladores, todos entre los 20 o 30 años, pertenecen principalmente a los partidos Justicia Primera y Popular, que están promoviendo la desobediencia civil contra un presidente al que llaman dictador. Marchan en gran medida sin equipo de protección, a diferencia de los jóvenes enmascarados y con escudos que los rodean, aunque los simpatizantes y los asistentes forman a veces círculos para protegerlos. Ellos no reciben salarios, ya que los fondos de la Asamblea Nacional fueron exprimidos, viviendo en cambio de regalos de familiares y amigos. Y algunos todavía residen en casa con los padres.
Uno de los más conocidos, Juan Requesens, de 28 años, ha recibido más éxitos que la mayoría. Él cuida una cicatriz en la cabeza de un palo lanzado por los partidarios del gobierno, heridas alrededor de su cuerpo de perdigones y bombas de gas, magulladuras de ser empujado en un drenaje profundo por soldados de la Guardia Nacional. "Lo peor para mí es cuando los compañeros mueren, cuando caen a mi lado", dijo Requesens a Reuters, afirmando que había estado cerca de nueve muertes desde abril. Los manifestantes han estado exigiendo una votación presidencial y soluciones para el hambre y la escasez de medicamentos. Las muertes han incluido no sólo a los manifestantes, sino también a los partidarios de Maduro, espectadores y miembros de las fuerzas de seguridad. También han habido miles de heridos y cerca de 1.500 personas permanecen detrás de las rejas, según grupos de derechos locales, luego de redadas en todo el país.
Requesens, que representa el estado occidental de Tachira, donde hay una oposición radical a Maduro, reconoce libremente su papel de "agitador" de la oposición. Pero a pesar de su dura imagen, obedeció la orden de su madre de quedarse en casa después de la lesión en la cabeza. "Durante cuatro días, ella no me dejó salir, pero estaba bien porque descansé y me recuperé más rápido, luego de nuevo, por supuesto", dijo. Algunos han apodado a la banda de legisladores "la clase de 2007" por sus raíces en un movimiento estudiantil hace una década que ayudó a la oposición a una rara victoria contra el popular predecesor de Maduro, Hugo Chávez, en un referéndum. "Es un grupo nacido en la calle durante las protestas de 2007. Nos reunimos nuevamente 10 años después haciendo lo mismo ", dijo Juan Mejía, de 31 años, educado en Harvard.
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