Martes 23 de abril 2024 | Contáctenos
El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, declaró tres días de luto nacional tras el mayor terremoto que azotó al país en un siglo, dejando al menos 61 muertos y destruyendo miles de edificios.
Una importante operación de rescate está en marcha en torno al epicentro del terremoto en los estados sureños de Chiapas, Tabasco y Oaxaca, donde muchos se temen que estén atrapados bajo los escombros.
Más de 600 réplicas han sido registradas desde el terremoto que sacudió la costa del Pacífico sur de México justo antes de la medianoche del jueves hora local. Peña Nieto dijo que el temblor mató a 45 personas en el estado de Oaxaca, 12 en Chiapas y cuatro en Tabasco.
Juchitán en Oaxaca fue la más afectada, con 36 muertos y un tercio de los hogares de la ciudad colapsados o muy dañados.
El presidente mexicano visitó el pueblo, que se encuentra en una de las zonas más pobres del país, el viernes. Muchos residentes decidieron pasar la noche afuera por miedo a que las réplicas causaran más daño.
Los equipos de rescate continuaban buscando sobrevivientes con perros rastreadores y maquinaria pesada en los estados afectados.
En Juchitán, cuatro personas, entre ellas dos niños, fueron sacadas vivas de los escombros de un hotel en el centro de la ciudad, pero las autoridades dijeron que también habían encontrado muchos cuerpos.
"Todos estamos colapsados, nuestros hogares y nuestra gente", dijo la residente de Juchitán Rosa Elba Ortiz Santiago. "Estamos acostumbrados a los terremotos, pero no de esta magnitud".
Peña Nieto dijo que las autoridades estaban trabajando para restablecer el suministro de agua y proporcionar alimentos y atención médica a los necesitados, y que el gobierno ayudaría con la reconstrucción.
Pidió a la gente evitar "laderas afectadas por el terremoto" en áreas donde la tormenta tropical Katia ha hecho tierra más al norte en Veracruz.
El suministro eléctrico se cortó a más de 1,8 millones de personas después del terremoto, y las autoridades cerraron escuelas en al menos 11 estados para llevar a cabo controles de seguridad.
El Ministerio del Interior de México dijo que 428 hogares fueron destruidos y 1.700 fueron dañados solo en Chiapas.
"Casas de tejas de arcilla y madera se derrumbaron", dijo Nataniel Hernández, una trabajadora de derechos humanos que vive en Tonala, Chiapas, que temía que el mal tiempo pudiera traer más estructuras.
"En estos momentos está lloviendo muy fuerte en Tonala, y con las lluvias es mucho más complicado porque las casas quedaron muy débiles, con grietas", dijo.
El terremoto provocó advertencias de tsunami y algunas olas altas, pero no causaron ningún daño importante. Las autoridades evacuaron brevemente a algunos residentes de la costa de Tonala y Puerto Madero debido a la advertencia.
En la ciudad de México, las ventanas se rompieron en el aeropuerto y la energía se cortó en varios vecindarios, pero la capital escapó al daño importante.
El temblor parece haber sido más fuerte que el terremoto de magnitud 8,0 en 1985 que niveló grandes partes de la Ciudad de México, matando a 5.000 personas y destruyendo 10.000 casas.
Gran parte del capital se construye sobre el suelo blando de un antiguo lecho de un lago, haciéndolo vulnerable a los terremotos. Los códigos de construcción se han endurecido desde 1985, y los simulacros de terremoto para los habitantes de los apartamentos y los trabajadores de oficina se han vuelto comunes.
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