Sábado 20 de abril 2024 | Contáctenos
Estados Unidos ha condenado las elecciones del domingo para los gobernadores de estado en Venezuela, calificándolos "ni libres ni justas".
El Departamento de Estado dijo que las papeletas de votación habían sido manipuladas y las mesas de votación se movían "sin aviso público".
Los partidarios del presidente Nicolás Maduro ganaron 17 de los 23 gobernadores estatales, pero los líderes de la oposición han alegado fraude. La coalición de la Mesa Redonda de la Unión Demócrata se ha negado a reconocer el resultado.
"Condenamos la ausencia de elecciones libres y limpias en Venezuela. No se escuchó la voz del pueblo venezolano", dijo la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert.
Ella alegó que había habido "cambios de última hora a las ubicaciones de las mesas de votación sin previo aviso, la manipulación de los diseños de las papeletas y la disponibilidad limitada de máquinas de votación en los barrios de la oposición".
La declaración también criticó la "falta de observadores internacionales independientes y creíbles" y exigió una "auditoría técnica para la tabulación del Consejo Nacional Electoral".
El Consejo Nacional Electoral anunció los resultados de las elecciones y ha sido acusado de prejuicios a favor del gobierno por parte de la oposición.
Es probable que la oposición en Venezuela no reconozca una elección que le dio al presidente Maduro un margen de victoria tan amplio. Ahora sus preocupaciones han sido repetidas por la Administración Trump. Estados Unidos ya impuso sanciones al gobierno venezolano y ahora pueden seguir acciones.
Nada de esto será una sorpresa para el presidente Maduro. Generalmente se libra del conflicto con Washington y la UE. En el corto plazo, simplemente está contento de haber anunciado a la nación una victoria significativa en las urnas, ya sea que la gente crea el resultado o no.
Su gobierno ahora seguirá adelante con el proceso de hacer que los nuevos gobernadores juren ante el controvertido nuevo cuerpo legislativo, la asamblea constituyente.
El Departamento de Estado describió al gobierno de Maduro como una "dictadura autoritaria" y prometió "el peso total del poder económico y diplomático estadounidense" para "el pueblo venezolano mientras buscan restaurar su democracia".
La embajadora estadounidense en las Naciones Unidas, Nikki Haley, pidió una auditoría del proceso electoral. "Una elección es solo legítima si es libre y justa, y desde el principio, esto no fue", dijo.
Una encuesta realizada por la firma privada Datanalisis antes de las elecciones sugirió que el 45% de los votantes tuvieran la intención de votar por los candidatos de la oposición y el 21% por los candidatos del partido socialista gobernante.
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