Jueves 01 de mayo 2025 | Contáctenos
El Congreso de Brasil aprobó el martes un decreto para poner a los militares a cargo de las fuerzas de seguridad de Río de Janeiro mientras los soldados y la policía se dispersan por toda la ciudad para combatir el aumento de la delincuencia.
El ejército se hizo cargo oficialmente de la policía de Río el viernes, pero el decreto presidencial aún necesitaba la aprobación del Congreso. La cámara baja de Brasil aprobó la medida la madrugada del martes y el Senado cerró el asunto poco antes de la medianoche.
Los detalles del plan aún no se han anunciado, generando dudas incluso entre los partidarios del movimiento.
Durante la noche, las fuerzas armadas y la policía se dispersaron en Río en la primera operación importante desde el cambio de comando. Tomaron posiciones en las principales carreteras que conectan a Río con el resto del país en un esfuerzo por evitar el ingreso de drogas, armas ilegales y bienes robados a la ciudad, dijo el coronel Roberto Itamar, vocero militar. Alrededor de 3.000 miembros de las fuerzas armadas estuvieron involucrados.
Vehículos blindados recorrieron las calles de un barrio en la bahía de Guanabara el martes, mientras los barcos patrullaban las aguas. Soldados y policías instalaron puntos de control y registraron a todos los que salían o entraban durante el viaje de la mañana.
El martes por la noche, 11 personas habían sido detenidas y se habían incautado seis armas de fuego, seis granadas y una gran cantidad de drogas, dijo el departamento de seguridad del estado.
La operación fue planeada antes de que el nuevo comandante militar se hiciera cargo, y aún tiene que trazar su plan para enfrentar la ola de violencia en Río. Pero Itamar dijo que la intervención militar iría más allá del simple uso de soldados en las calles.
"La población verá una mejora en las acciones de las instituciones que son constitucionalmente responsables de la seguridad pública en Río de Janeiro", dijo en una entrevista.
La seguridad en Río se ha estado deteriorando durante al menos dos años a medida que el estado experimenta una profunda crisis fiscal. El gobernador de Río, Luiz Fernando Pezao, dijo que una economía más fuerte sería crucial para combatir el crimen en Río.
"Solo ganaremos la guerra de seguridad con empleos en el sector formal", dijo el martes.
El decreto ha causado inquietud en Brasil, donde muchos todavía recuerdan el régimen militar de 1964-1985, y ha expresado su preocupación por el aumento de las tácticas de mano dura que la policía ha utilizado en el pasado.
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