La autoestima es el amor hacia uno mismo, el reconocimiento de que valemos por lo que somos. Se construye a partir de las personas que nos rodean y en su trato hacia nosotros. Si siempre se le dice a una niña que es mala, inútil o desobediente crecerá creyendo que eso es verdad y actuará de acuerdo a sus pensamientos. Aquí radica la importancia de que los padres construyan una buena autoestima a su hija desde el nacimiento.
La psicóloga Carmen Bravo de Rueda, de la Clínica Ricardo Palma, señala una menor tendrá una valoración positiva de sí misma si se le ayuda a desarrollar los siguientes aspectos desde pequeñita.
Amor hacia sí misma. Me quiero, me quieren y me respetan. Soy una persona merecedora de amor, sé dar amor y me respeto a mí y a los otros.
Unicidad. Soy única, soy especia, nadie es como yo, soy yo con mis cualidades y mis defectos.
Confianza. Me tengo confianza, me tienen confianza, confío en mí y en mis padres, mi opinión vale, puedo contarles a mis padres lo que me pasa
Poder. Yo puedo, soy capaz de saltar, correr, jugar, competir, ganar, si pierdo puedo volver a intentarlo, puedo bañarme solo, puedo controlarme.
Saber. Soy capaz de aprender, se lo que es bueno para mí y lo que me hace daño, sé hacer mis tareas, tengo éxito en…
Cuidarse. Porque me quiero me cuido, porque me quieren me cuidan, soy capaz de cuidarme, cuido mi cuerpo y cada parte de él. Me lavo, me peino, como bien, me curo, me protejo, me alejo de los peligros, no permito que nadie me haga daño, pido ayuda, digo no a las caricias que me hacen sentir mal.
Cuidado con los mensajes equivocados
Algunos padres dañan la seguridad y confianza de sus hijos sin darse cuenta. Deben evitar la crítica, la burla o la indiferencia hacia ellos, así como los mensajes negativos tipo: las mujeres solo sirven para la cocina o tú no sabes nada, cállate. El castigo físico y la agresividad tampoco ayudan a fortalecer su amor propio, pues violan sus derechos, lastiman su cuerpo y merman su integridad física, emocional y psicológica.
Si los padres están separados deben preocuparse por mantener una buena comunicación y ponerse de acuerdo en la forma de crianza y en el desarrollo de valores de su pequeña. Ambos deben repetirle el mensaje a su niña de que vale mucho, nadie puede maltratarla y que ellos están para apoyarla en todo momento.