Jair Bolsonaro, capitán del ejército en situación de retiro, que se quedó este domingo 7 de octubre a tan solo a menos de cuatro puntos porcentuales para convertirse en el presidente de la República Federativa del Brasil, ha dicho de todo.
Bolsonaro, sin medias tintas, ha expresado una apreciación positiva sobre la dictadura militar que tuvo las riendas del poder en el coloso suramericano entre 1964 y 1985. No solo eso, ha hecho conocer abiertamente lo que piensa sobre los homosexuales y sobre las mujeres.
- Hace cosa de ocho años, en 2010, en el marco de una entrevista, muy suelto de huesos, Jair Bolsonaro dijo preferiría que un hijo suyo muera en un accidente a que ande con un bigotudo por ahí. “Al hijo que empieza a verse así, un poco gay, hay que darle una buena tunda para cambiar su comportamiento ¿no? Algunas personas que conozco me han dicho ‘qué bueno que me pegaron de niño, mi papá me enseñó a ser hombre’”, acotaría el hombre que ha obtenido más del 46 % de los votos.
- En torno a la solución que le inspira la situación de pobreza en la que viven millones de sus compatriotas y la agobiante delincuencia, el ultraderechista no ha encontrado mejor propuesta que la consiste en controlar la natalidad y proponer el restablecimiento de la pena de muerte. ¿Por qué?: “Porque veo la violencia y la miseria que cada vez se extiende más por nuestro país. Quien no tiene condiciones de tener hijo, no debe tenerlos“, dijo hace cosa de 25 años, en 1993.
- Hace 15 años, en 2003, en el marco de un debate sobre la ley contra las violaciones que se llevaba a cabo en el Congreso, Bolsonaro lanzó al encuentro de la diputada del Partido de los Trabajadores María del Rosario mientras algo que pondría en evidencia la pobre opinión sobre las mujeres.
“Hace unos días me llamaste violador, en el Salón Verde, y te dije que no iba a violarla a usted porque usted no lo merece. Quédate aquí para oír”. Y muy suelto de huesos, cuando le solicitaron explicaciones sobre lo que había dicho, Bolsonaro añadiría: “Ella no merece (ser violada), porque es muy mala, porque es muy fea, no es de mi gusto, jamás la violaría. Yo no soy violador, pero si fuera, no la iba a violar porque no lo merece”.
- Un nostálgico a todas luces de los años de dictadura militar, el capitán retirado ha señalado sin embargo un error de quienes gobernaron Brasil entre 1964 y 1985: torturaron y no mataron. “El error de la dictadura fue torturar no matar”, señaló. Por si fuera poco, la respuesta a la pregunta que hace cosa de 20 años le plantearon en torno al cierre del Congreso si algún día llegara a ser presidente no deja espacio para las dudas. Bolsonaro dijo: “No hay la menor duda, daría golpe el mismo día, hacia el mediodía”.
- Jair Bolsonaro también ha hecho saber con la claridad que su posición política exige que si de opinar sobre las razas se trata, sin lugar a dudas él es un racista. Una prueba la dio el día que le preguntaron la razón por la que sus hijos no tendrán parejas de raza negra. Bolsonaro, suelto de huesos, dijo simple y llanamente “Porque están muy bien educados”.
Otra prueba la provee lo que señaló en 2017 a propósito de los llamados quilombos, las comunidades formadas por descendientes de esclavos fugitivos y reconocidos bajo el gobierno de Lula da Silva: “No hacen nada, mientras nos gastamos más de mil millones de dólares al año con ellos. No sirven ni para procrear”.
Otras perlas del candidato de la ultraderecha brasilera
“No emplearía a hombres y mujeres con el mismo salario, a pesar de que hay mucha mujer competente”.
“Tuve cuatro hijos y en un momento de debilidad, tuve una hija”, a título de broma dijo en una ocasión en referencia a familia.
En el marco de la destitución de Dilma Rousseff, en 2016, dedicó su voto a favor de la destitución al coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra. Nada menos que al hombre que estuvo a cargo de uno de los mayores centros de tortura en Sao Paulo en los años de la dictadura.