De poco han valido las amenazas lanzada por Donald Trump. Alrededor de dos mil de migrantes se mantuvieron en sus trece y lograron cruzar el río Suchiate que separa Guatemala de México y se muestran decididos a proseguir su marcha hacia Estados Unidos.
Más puede el hartazgo de la pobreza y la inseguridad reinantes en Honduras que el temor a las amenazas lanzadas por el presidente norteamericano quien el viernes 19 de octubre dijo que si la caravana de migrantes lograba cruzar el territorio mexicano enviaría efectivos del Ejército estadounidense a fin de contenerlos.
La decisión tomada, vía votación, ayer sábado 20 de octubre en una plaza de la ciudad fronteriza de Hidalgo fue el detonante. Y a los gritos de "¡Vamos todos juntos!" y "¡Sí se puede!" se dirigieron a dar cuenta de la frontera y desafiar al mandatario norteamericano.
"¡Quiero agradecer a México!, ¡México ha sido increíble!, exultante había dicho el presidente estadounidense dirigiéndose a los presentes en un mitín en la ciudad de Elko, Nevada, refiriéndose al mensaje de su homologo mexicano Enrique Peña Nieto del viernes 19 de octubre y de las acciones que se estaban en el campo adoptando. Las cosas, al parecer, no evolucionan en la dirección que Donald Trump pensaba.