Insensibilidad para gobernar

Mg Jorge Luis Martínez, autor de estas líneas  

Ante estos nuevos sucesos, he decidido adelantar mi regreso al país para seguir encabezando la lucha contra la corrupción y la impunidad”, he ahí las palabras del presidente Martín Vizcarra cuando anunció su regreso inmediato del Brasil luego de lo acaecido en nuestro país el último día de 2018. Vino de inmediato, dejando atrás el cambio de mando de Michel temer por Jair Bolsonaro. Ahora, el mandatario se encuentra en Madrid, junto con una comitiva de más de cuarenta personas, mientras en el norte del país muchos de nuestros compatriotas sufren los estragos de la naturaleza, algo por lo que él ha hecho poco para prever al hacer poco o nada por la tan esperada reconstrucción. Martín Vizcarra demuestra una insensibilidad única, no le importa lo que pasa en diversas regiones de nuestro, prefiere pues un viaje en el que no se hablara de inversiones, sino de una agenda cultural. Algo que tranquilamente otro funcionario, como el embajador del Perú en España, hubiera podido realizar. Para eso están los embajadores. Por último, hubiera podido suspender su viaje dando muestras de empatía nacional, un gesto hacia los peruanos que la están pasando mal.

Pero eso no es todo, si el presidente Martín Vizcarra hace un desplazamiento al extranjero, al menos debe encargarle el mando a un líder político que sea capaz de responder con altura a los problemas que se puedan presentar. No ha sido el caso, ya que lo que dijo el premier César Villanueva en torno a las catástrofes naturales pintan de cuerpo entero la mediocridad que lo caracteriza: “Esperamos que las cosas se cambien aun cuando tenemos información que las lluvias podrían continuar. Ha sido de tal envergadura que ha salido fuera de los cálculos". El cargo no cabe duda le queda grande. Es inadmisible. Acaso cree el premier que los peruanos lo vamos a creer lo que sostiene. Al señor Martín Vizcarra no es que no le hayan salido bien sus cálculos. Lo que sucede es la consecuencia de no hacer nada en lo que respecta a la prevención. Basta ver como soldados del ejército peruano colocan sacos de arena en Piura: ¿por qué no se levantaron muros de contención?, ¿qué se ha hecho con todo el dinero enviado para la reconstrucción? El señor César Villanueva no tiene ninguna credibilidad, debe presentar su carta de renuncia.

Como para poner la cereza en el pastel, una información no muy agradable se ha dado a conocer esta semana. Se refiere a la pobreza en el Perú. Después de tres lustros, la pobreza en nuestro país volvió a crecer. Pasó del 20,7% en 2016 a 21,7% en 2017. Es decir, más de 400 mil peruanos volvieron a una situación de precariedad a la hora de cubrir sus necesidades básicas, reveló el estudio "Brechas latentes: Índice de avance contra la desigualdad en el Perú 2017 - 2018", de Oxfam. Es una penosa noticia. Esto, sumado con el incremento de la anemia, se transforma en un peligroso coctel para el futuro de nuestro país. Se necesitan las correcciones del caso y ya, de lo contrario estamos creando las condiciones para que un líder radical se haga de las riendas de los destinos políticos de nuestro país. El señor Martín Vizcarra tiene la obligación de tomar las medidas a fin de evitar ese aciago destino. En primer lugar, le recomendamos, un cambio en el gabinete ministerial. Enseguida, la declaratoria de emergencia en todos los programas sociales a nivel nacional, cuidando al mismo tiempo cada sol del presupuesto público, evitando despilfarrar el erario nacional en viajes derrochadores. Señor Martín Vizcarra haga caso a la sensatez. Para ser un estadista se exige visión a futuro y desprendimiento de las ambiciones personales, al igual que tener la grandeza para concertar grandes acuerdos nacionales con todas las bancadas políticas, aunque sean ideas de otros. Y, por sobre todo, tener el don del sentido común, las encuestas son efímeras señor presidente.