Una información especializada precisa que hay cinco departamentos en nuestro país en los que la anemia y la desnutrición superan el 60% de niños entre los 6 y 35 meses de edad. Ellos son Puno, Ucayali, Huancavelica, Loreto y Madre de Dios. Hay agencias que señalan que, en el caso de Puno, estaría por encima del 70%.
No está de más recordar que la anemia es una enfermedad derivada de una alimentación deficiente que, en la edad temprana, suele tener consecuencias inmediatas y a veces funestas en los infantes. Éstas van desde un deterioro leve y pasajero hasta un perjuicio severo y permanente de su desarrollo físico (crecimiento) y mental (cognitivo). Y lo más doloroso es que sus consecuencias, en general, son irreversibles.
Ése si es un problema de primera magnitud y de dimensión nacional porque en los lugares donde aquella amenaza es menos grave –Tacna y Moquegua- estamos por encima del 30%. Sólo como referencia, la desnutrición para niños de la misma edad en Colombia está por el 13%. (infobae.com).
La anemia infantil genera serias limitaciones en la obtención suficiente de conocimientos, capacidades y competencias en la persona humana, con todo lo que ello implica. En consecuencia, de muchos niños de hoy y ciudadanos de mañana no tenemos certeza de discernimientos y comportamientos deseables.
Nuestro país tiene esta grave amenaza en su futuro. Sin embargo hoy necesita atender las frivolidades deshonestas de los relojes y las pulseras que se prestan y regalan entre sí los más altos funcionarios. Estamos penosamente extraviados. Nuestros ciudadanos del futuro están en peligro, pero eso parece no importarle a nadie.
[11abr24]