Lunes 29 de abril 2024 | Contáctenos
La interrogante de cómo somos los peruanos tiene diversas respuestas, compartiendo atributos y defectos. También es verdad que la pregunta de Zavalita en “Conversación en la catedral” sigue sin respuesta. No falta quienes dicen que siempre fuimos así.
Tratando de dilucidar si somos más dóciles que rebeldes, agradecidos que ingratos, laboriosos que haraganes, creativos que mediocres, puede ser muy útil pensar que muchas veces un defecto puede convertirse en virtud o viceversa.
Si una persona persigue algo con denuedo, obstinación, terquedad, puede resultar antipática, puede “caer pesada”. Pero por otro lado esa insistencia, esa terquedad, puede generar grandes satisfacciones. Un viejo refrán español nos recuerda que “la gota cava la piedra” y allí viene contenida una sentencia siempre dual, tanto positiva como negativa. Éste último sería el caso de “Miente, miente, que algo queda” atribuida impropiamente a Joseph Goebbels.
En el mundo científico resulta evidente que la persistencia es un atributo indispensable. He aquí lo que pensaban nada menos que dos grandes científicos e inventores. Louis Pasteur: “Quiero compartir con ustedes el secreto que me ha llevado a alcanzar todas mis metas: mi fuerza reside únicamente en mi tenacidad”. Por su parte Thomas Alva Edison pensaba: “Nuestra mayor debilidad es rendirse. La forma más segura de triunfar siempre es intentarlo una y otra vez más.”
Vaya que el texto ha permitido también considerar una buena cantidad de sinónimos: denuedo, obstinación, terquedad, insistencia, persistencia, tenacidad. Y agreguemos porfía y tozudez. ¿Somos los peruanos tenaces o inconstantes?
[J4abr24]
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