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Mg. Jorge Luis Martínez, autor de estas líneas

Desde esta tribuna habíamos pedido la renuncia del señor César Villanueva, un premier que será recordado como uno de los más ineficientes de estos últimos años. "No tengo ninguna discrepancia con el presidente Vizcarra. Tengo una amistad y reconocimiento por haber trabajado juntos en esta gran tarea. Le dije que lo iba a ayudar un tiempo y ese tiempo ya ha llegado", dijo a la hora de sustentar su renuncia César Villanueva, quien, volteando la página, señaló además que el presidente Martín Vizcarra no tiene colores políticos, ni tampoco una bancada, pero que miran “la política de manera diferente”. Vaya manera de despedirse la de César Villanueva, quien, todo parece indicar, da un paso al costado a causa de la caída de la cota de popularidad del primer mandatario y el pésimo manejo que ha hecho gala en la Presidencia del Consejo de Ministros. Esperemos que el próximo premier haga algo diametralmente diferente de lo hecho por el señor César Villanueva.

Para empezar, en lo concerniente a lo político, el nuevo premier deberá hacer esfuerzos con miras a catalizar una comunicación fluida entre los poderes del Estado; sobretodo, tendrá que evitar la polarización que en su momento hubo entre el Ejecutivo y el Legislativo. Deberá por ende evitar declaraciones políticas de confrontación que a nada bueno conducen a los poderes del Estado. Y, en medio del vendaval político y mediático, deberá encarar con altura el caso de los sobornos de las empresas brasileñas y hacer que el Gobierno muestre celeridad en la lucha contra la corrupción; caiga quien caiga y dando muestras de transparencia. Otro punto muy sensible es el referido a la seguridad pública: más y mejor equipamiento para las fuerzas del orden y un mayor número de policías en las calles a fin de combatir la delincuencia.

En lo que respecta al campo económico, deberá comenzar con un plan de austeridad en los meses que viene, pues es importante que haya un verdadero sinceramiento en las planillas del Estado, al igual que en las consultorías de cada entidad pública, algo que en muchos casos ha equivalido a muchos millones. Deberá evitar que mucho dinero se asigne a la publicidad estatal; para ello, no está demás decir, es mucho mejor potenciar las páginas web de las mismas instituciones. El dinero ahorrado destinarlo a la agricultura en reservorios que se necesitan para el mediano y largo plazo, y continuar con la reconstrucción del norte que avanza a pasos de tortuga. Otro tema importante es terminar, de una vez por todas, con los inútiles trámites burocráticos, pues si queremos crear riqueza rápidamente es necesario acabar con los papeleos burocráticos. El nuevo ministro de economía deberá implementar una nueva reforma tributaria, y deberá evitar incrementar los impuestos indirectos a fin de cubrir viajes frívolos, además de seguir avanzando con la infraestructura y los proyectos de trenes de cercanías.

Otro punto importante en los meses por venir es que el mismo presidente Martín Vizcarra salga al exterior más seguido con miras a buscar capitales; sentado en un escritorio no se puede esperar a que ellos vengan. Atraer inversión y tecnología debe ser el eje de la acción del Gobierno en los 10 meses que quedan en este año. El nuevo premier tendrá, por una parte, que movilizar embajadas y consulados, y hacer uso de los acuerdos suscritos por el Estado, por la otra. Potenciar la Alianza del Pacifico es un reto pendiente. Los miles de jóvenes que hacen su ingreso cada año a la fuerza laboral merecen recobrar la esperanza, algo que solo puede materializarse si se duplica el insuficiente nivel de crecimiento económico en nuestro país. Esto es lo que deseamos para el próximo gabinete; aunque, claro está, una cosa es nuestro deseo y otra es lo que piensa y cree el presidente Martín Vizcarra.