Bachelet llegó a Venezuela para controlar la situación de los derechos humanos

La máxima funcionaria de derechos humanos de las Naciones Unidas llegó a Venezuela el miércoles para una visita que se produjo en medio de una mayor presión internacional sobre el presidente Nicolás Maduro por supuestamente silenciar a los opositores con cárcel, tortura y violencia excesiva.

En su primera visita a Venezuela, se espera que Michelle Bachelet, Alta Comisionada de los Estados Unidos para Derechos Humanos, se reúna con Maduro y el líder de la oposición, Juan Guaidó, dos hombres atrapados en una lucha por el control de la nación devastada por la crisis.

Pero el hecho de que su viaje de tres días incluso se lleve a cabo es visto como una especie de triunfo menor para los activistas de los derechos. Al predecesor de Rajelet, Zeid Ra'ad al-Hussein, se le negó repetidamente el acceso al país por criticar lo que dijo que era la negativa del gobierno a reconocer una crisis humanitaria. En contraste, Maduro parece estar desplegando la alfombra roja para Bachelet, quien sobrevivió a la cárcel y al exilio durante la dictadura militar de Chile.

A la víspera de su llegada, el gobierno liberó a 21 activistas de la oposición considerados presos políticos, incluido un legislador sustituto y 18 personas detenidas durante las recientes protestas contra el gobierno. Anteriormente, Maduro comenzó a permitir que la Cruz Roja prestara ayuda humanitaria.

Al aparecer en la televisión estatal poco antes de la llegada de Bachelet, Maduro dijo que estaba listo para escuchar cualquiera de sus propuestas que apuntan a mejorar las condiciones en Venezuela.

"Anticipamos grandemente su visita", dijo Maduro. "Será bueno para el sistema de derechos humanos de Venezuela".

Los partidarios de Guaidó, sin embargo, han pedido protestas por temor a que Bachelet obtenga una visión muy curada e irrealista de una crisis que ha llevado a 4 millones de venezolanos a huir del hambre generalizada, a un sistema médico roto y a una inflación en alza.

Guaidó no logró tomar el poder cinco meses después de lanzar una campaña para expulsar a Maduro. Pero ha logrado ganar el reconocimiento de más de 50 naciones e impulsar la opinión internacional contra Maduro, quien enfrenta denuncias de crímenes de lesa humanidad en la Corte Penal Internacional presentada por Canadá y cinco naciones latinoamericanas.

Además de reunirse con Maduro, Bachelet se reunirá con el jefe del partido socialista Diosdado Cabello, así como con el jefe de la Corte Suprema y el fiscal general. También planea ver a las víctimas de violaciones de derechos humanos y sus familiares, dijo la agencia estadounidense.

En particular, ausentes de un borrador de agenda son las visitas a centros de detención como la prisión de Helicoide, donde se encuentran recluidos muchos de los casi 700 activistas considerados presos políticos por la oposición. A principios de este año, Bachelet emitió una dura declaración criticando al gobierno de Maduro por las severas medidas de represión contra los disidentes y los informes de asesinatos extrajudiciales de residentes pobres y desarmados a manos de las fuerzas de seguridad.

"También estoy profundamente preocupada por la reducción del espacio democrático, especialmente por la criminalización continua de la protesta pacífica y la disidencia", dijo.