La soledad del poder

Mg Jorge Luis Martínez, autor de estas líneas

Estamos a menos de dos semanas del día en el que Martín Vizcarra, tal como la indica la Constitución, se dirigirá una vez más al país con motivo de las fiestas patrias.

Hace un año, desde el Parlamento, hallándose mal en las encuestas dado su mediocre performance en el gobierno, Martín Vizcarra propuso el referéndum. “Victorioso” en diciembre pasado consiguió  lo que quiso o lo que le dijeron que haga.

Ahora, acercándose el fin del “plazo” que dio al primer poder del Estado a fin de que se aprueben las “reformas” propuestas por sus “notables”, al parecer Martín Vizcarra quiere repetir el plato.

No obstante, a diferencia de lo que sucedió hace doce meses, el Tribunal Constitucional le ha jalado prácticamente la alfombra al solicitar ser retirado del Consejo para la Reforma del Sistema Judicial.

El presidente del Tribunal Constitucional, Ernesto Blume, ha sido contundente: “No puede institucionalmente obligarse al tribunal a participar en una comisión de reforma que va a desembocar en el planteamiento de políticas que a la larga pueden desembocar en planteamientos de reformas constitucionales que podrían llegar al tribunal".

Así las cosas, el presidente del Poder Judicial, José Luis Lecaros, ante la Comisión de Justicia del Congreso, señaló: “La ley dice que se elige (a quién preside el Consejo) y se ha elegido al presidente de la República, lamentablemente. Obviamente podría modificarse dentro del seno del propio consejo. Ojalá haya voluntad de todos para que sea otro el que presida".

La tan vitoreada reforma de la justica del señor Martín Vizcarra pues carece prácticamente de respaldo: otra segunda jalada de alfombra para el inquilino accidental de Palacio de Gobierno.

Pero eso no queda allí, también el Defensor del Pueblo, Walter Gutiérrez, dio su punto de vista: “Ya se ha dado el voto de confianza. Ya se dio. No se puede coactar a un poder del Estado. Podemos cuestionar, podemos discutir, podemos disentir, podemos tener una posición disidente o violentamente frontal a la reforma, pero no podemos decir ‘yo tengo aquí una situación de dependencia al voto de confianza’. El voto de confianza es un acto y se dio. Punto”.

Tal como se puede ver, ad portas del segundo mensaje presidencial, tres instituciones le han dado la espalda al Poder Ejecutivo. Un mensaje, dicho sea de paso, que no sabemos si Martín Vizcarra lo dará ante al pleno del Congreso o ante la Comisión Permanente (si sucede lo segundo, Martín Vizcarra de facto se habrá convertido en un dictador).

Otro tema que suscita interés en este invernal y candente mes de julio es el referente al Gasoducto del Sur: una piedra en el zapato en la credibilidad del Ejecutivo. Y también de la Fiscalía, pues el Ministerio Público ha quedado en ridículo con la evidencia de que si hubo coimas en ese megaproyecto. Una infamia del tamaño de una catedral.

La Fiscal de la Nación no dice absolutamente nada. Hace como si nada grave hubiera sucedido. Haciendo caso omiso a lo dicho por el presidente de Colombia en el marco de la XIV Cumbre Presidencial de la Alianza del Pacífico, cuando dirigiéndose prácticamente al señor Martín Vizcarra, dijo: “He insistido mucho que, si queremos ser efectivos contra la corrupción, tenemos que matar la hipocresía”.

“No puede ser que aparezcan empresas que terminan corrompiendo a funcionarios y después de que han podrido la política y la administración, pretenden llegar de vuelta, pagan una multa y siguen contratando con el Estado”, dijo el primer mandatario colombiano.

Así están las cosas en la nublada política peruana...