Seis meses después, los partidarios de Juan Guaidó continúan perdiendo la esperanza en Venezuela

Cuando Guaidó se declaró a sí mismo como el líder interino legítimo de Venezuela el 23 de enero, y fue reconocido por docenas de gobiernos extranjeros, incluidos Gran Bretaña y EE. UU., el joven líder de la oposición y sus partidarios creían que Maduro caería en unos días.

Pero medio año después, una muestra masiva de disidencia doméstica y presión internacional no logró desalojar al impopular sucesor de Hugo Chávez.

"Esta fue una apuesta de apuestas muy altas ... y realmente no ha valido la pena", dijo Phil Gunson, un experto de Crisis Group con sede en Caracas y autor de un informe sobre posibles soluciones a la crisis de Venezuela. "El Plan A ciertamente no ha funcionado".

Esa realidad ha obligado a la oposición de Venezuela a comenzar a explorar alternativas, particularmente después de un intento fallido de provocar un levantamiento militar el 30 de abril.

Este mes, los representantes de Guaidó y Maduro se reunieron en la isla caribeña de Barbados para la última ronda de conversaciones que los optimistas esperan que conduzcan a elecciones presidenciales libres en 2020, pero que los pesimistas descartan como una táctica estancada del astuto líder autoritario de Venezuela.

Mientras tanto, Guaidó se ha ocupado de recorrer su país afectado por la crisis, ha visitado 13 de los 23 estados de Venezuela desde enero, en un esfuerzo por mantener viva su campaña.

"Nos estamos acercando a una solución real", afirmó la semana pasada.

Algunos ya se han dado por vencidos con el político de 35 años, en medio de informes de que incluso Donald Trump, el patrocinador clave de Guaidó, está perdiendo interés en su cruzada.

El compromiso de otro partidario regional crucial, Jair Bolsonaro, también está en duda, luego de que el presidente de extrema derecha de Brasil retiró recientemente una mención de Guaidó en un discurso por temor a molestar al ruso Vladimir Putin, quien, junto con el chino Xi Jinping, continúa apoyando a Maduro. El viernes, Bolsonaro dijo que esperaba que Rusia "ayude a resolver la cuestión de Venezuela".

"Guaidó es como el resto de ellos [en la oposición], no tiene ningún plan", se quejó Frank Rengifo, un sargento del ejército de 31 años que huyó por la frontera con Colombia a mediados de marzo con la esperanza de un La invasión militar que nunca llegó.

Rengifo, que vive en un hotel cerca de la ciudad fronteriza de Cúcuta con cientos de otros desertores varados, dijo que era hora de subir la apuesta inicial. Esperaba que una líder más radical, María Corina Machado, pudiera tomar la iniciativa para derrocar a Maduro.

"Guaidó puede seguir llamando protestas, pero la gente ha dejado de preocuparse", dijo.